El video con el que Cristina Kirchner mostró las consecuencias que provocó en su despacho el ataque que azotó al Congreso la semana pasada dejó al descubierto que, detrás de su silencio, la vicepresidenta siempre jugó un rol activo en contra del acuerdo alcanzado por el Gobierno de Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Hasta dónde llevará Cristina Kirchner su rechazo a las negociaciones es una de las incógnitas con la que arrancará el debate en el Senado del refinanciamiento de la deuda tomada por Mauricio Macri con la presencia, este lunes a las 15, del ministro de Economía, Martín Guzmán, junto a su equipo en la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Tras el nuevo cortocircuito, Carrió ratificó sus dichos: “Frente a la no rectificación de Manes, lo único que voy a hacer es una demanda por daño moral. Con la mentira no hay confianza”, escribió en su cuenta Twitter.
También concurrirán el jefe de Gabinete, Juan Manzur; el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y la titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), Mercedes Marcó del Pont.
Tal como ocurrió con Máximo Kirchner y poco más de 30 diputados oficialistas, todo indica que el kirchnerismo mostrará su juego recién cuando el proyecto aprobado por la Cámara Baja en la madrugada del último viernes ingrese al recinto de la Cámara Alta.
Sin embargo, en la reunión de este lunes podrán verse las primeras señales del nivel de virulencia, o de indiferencia, con la que los senadores leales a la vicepresidenta recibirán al jefe del Palacio de Hacienda, a quien el kirchnerismo acusa de haber jugado sus apetencias políticas personales en las negociaciones y de haber mentido sobre el nivel de ajuste económico que implicará el nuevo préstamo acordado con el FMI.
En esa reunión, que debió continuar en otro despacho, Cristina Kirchner definió la estrategia de su sector de cara al debate en el Senado, territorio que considera como propio. Dejará en libertad de acción a sus senadores. La decisión comenzará a cristalizarse dos horas antes de la llegada del ministro con una reunión del bloque del Frente de Todos que preside José Mayans (Formosa).
Con este antecedente, cobra otra dimensión la eventual ausencia de Parrilli en el debate de este lunes, ya que reproduciría la decisión de evitar exponer de manera escandalosa la fractura oficialista, como ocurrió en la Cámara baja, donde el kirchnerismo le escapó a las definiciones públicas hasta el momento mismo de la votación.
Las que si son integrantes de la Comisión de Presupuesto y Hacienda son las oficialistas Ana María Ianni (Santa Cruz) y Juliana Di Tullio (Buenos Aires), ambas alineadas en lo que se conoce como el “cristinismo”. Habrá que prestar atención a qué papel juegan ambas, sobre todo este martes, día en que se espera la firma del dictamen.
En Juntos por el Cambio dan por hecho que habrá apoyo masivo al acuerdo cuando se trate en el recinto. Así, la atención estará centrada en los votos que aportará el oficialismo. Las cuentas más optimistas hablan de 20 manos levantadas. Esto dejaría a 15 en la vereda de enfrente, ya sea por rechazo, abstención o ausencia. Una fractura más fuerte que la registrada en Diputados.
(AG)
