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Los Acuña correntinos

Basilio fue el que más trascendió y tempranamente murió.

Los Acuña de Curuzú, todos enormes patriotas, tienen su origen en el primero que aparece en Saladas, proveniente de Portugal y se trata de Juan Acuña y Lima, nacido en la península Ibérica. Se casa éste portugués con Juana Rolón, de cuyo matrimonio nace Francisco Acuña, quien se casa con María Isabel Gómez de Irala. 
    Uno de los hijos de este matrimonio Laureano Acuña nace en Saladas el 26 de octubre de 1789 (año de la revolución francesa). Quien se casa con María Antonia Rocha y se radican en Curuzú Cuatiá. 
    Tienen cuatro hijos que se destacarán en la vida pública y militar de Corrientes y el país: José Gregorio Acuña nacido el 23 de abril de 1807;  Valentín que nació en 1809, Juan Gregorio “Mocito nacido probablemente entre 1814 y 1816, Eustaquio nacido el 20 de febrero de 1820, Basilio nacido 16 de junio de 1822 y Martina (casada con Lorenzo Raggio).     Pertenecieron a una familia de arraigo en la región del Umbu (U en vez de O), entre los departamentos de Curuzú Cuatiá y Mercedes, donde poseían campos y haciendas. Los Acuñas eran los más numerosos de la zona: entre hijos y nietos sobresalieron: Prudencio, Eleuterio, Bernabé, Jacinto, Alejo, Rosario, Antonio y Tiburcio. Florencio Samuel Acuña, Marcos Acuña, médico y el primer Rector del Colegio Nacional de Curuzú Cuatiá. 
José Gregorio Acuña: Nace 23 de abril de1807, un destacado médico hijo de Juan Alberto Acuña y María Antonia de Rocha. Cuando se desataron las luchas civiles actuó como médico en los ejércitos que lucharon contra Rosas, estando en ellos desde el pronunciamiento de Berón de Astrada en 1839 hasta la batalla de Arroyo Grande en 1842. Después de esta derrota huyó hacia tierras correntinas, pero en San Roque, al ser descubierto por el enemigo, lo detuvieron y fue fusilado junto a su colega Ventura Salinas, el 23 de enero de 1843, con tan solo 36 años. 
Valentín Acuña: Nació en Curuzú Cuatiá en 1809 y cuando el general Juan Lavalle llega a Curuzú Cuatiá el 18 de octubre de 1839 y conferencia con Pedro Ferré para organizar el Segundo Ejército Libertador, Valentín Acuña ya estaba al lado de las dos grandes figuras dispuesto a acompañar a quien fuera, la segunda espada de San Martín en las luchas por la emancipación nacional.    Comandó los Escuadrones con los que luchó en Don Cristóbal el 10 de abril de 1841 y en Sauce Grande ese mismo año, el 16 de julio. Luego siguió a Juan Lavalle en su largo peregrinar por Buenos Aires, Santa Fe, Quebracho Herrado, hasta que en Rodeo del Medio, a las órdenes del general Aráoz de Lamadrid, es tomado prisionero y conducido a los cuarteles de Santos Lugares, donde Juan Manuel de Rosas tenía concentrado a la mayoría de sus fuerzas militares. Allí fue ajusticiado.
Eustaquio Acuña: Nace el 20 de febrero de 1820 en Curuzú Cuatiá y al igual que sus hermanos participa en los ejércitos que luchaban contra Juan Manuel de Rosas. Después de la batalla de Caá Guazú, ocupó entre 1854 y 1858 cargos administrativos en la provincia. Fue designado por el Gobernador Juan Pujol como Juez de Paz en Monte Caseros. Cuando se desata la guerra contra el Paraguay, participa en todas las batallas desde 1865 hasta el final de la contienda en 1870. Tuvo activa participación en todos los combates revolucionarios que se dieron en Corrientes y contra las montoneras entrerrianas. Falleció en la ciudad de Concordia el 8 de junio de 1894.
Basilio Acuña: nació el 16 de junio de 1822 en Curuzú Cuatiá. A los 19 años, poco después de la batalla de Pago Largo se incorporó al Batallón Payubre a las órdenes de Joaquín Madariaga, debutando militarmente como "Porta Estandarte" en la batalla de Caá Guazú el 28 de noviembre de 1841, donde las fuerzas correntinas bajo el mando del general Paz derrotaron al ejército entrerriano comandado por su gobernador Pascual Echagüe.
    Estuvo en todas las batallas que participó Corrientes y después de Vences (27-11-l847) y triunfante Benjamín Virasoro le confió a Basilio la comandancia de Yaguareté Corá (hoy Concepción) en 1848. Al mando del Coronel Cáceres integró el Regimiento 4º que con tanta eficacia lucho en la batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852, y finalmente se retiró a Curuzú Cuatiá. Cuando en 1854 y 1855 Nicanor Cáceres invadió la provincia desde Entre Ríos con el propósito, en ambas oportunidades, de derrocar al gobernador Pujol, Basilio Acuña actuó con diligencia y eficacia para neutralizar las arremetidas del caudillo.    Finalmente, cuando el gobernador liberal José Pampín designa a Nicanor Cáceres al frente de la Comandancia del Sur de la provincia, sus correligionarios se enojan y se levantan contra el primer mandatario, por considerar que no era confiable el díscolo caudillo para ese cargo. Los sucesos se precipitaron y cuatrocientos de los opositores se sitúan a pocas cuadras de la población curuzucuateña (en lo que hoy es el Parque Mitre) encabezados por Basilio Acuña, Juan Manuel Romero, Martín Rojas, Antonio Ezequiel Silva, Valerio Insaurralde, etc. 
    Los gubernistas dirigidos por el general Ramírez Chico y el coronel Isidoro Reguera acuden al campamento revolucionario con el objeto aparente de concertar fórmulas pacíficas. Pero llega Nicanor Cáceres y se resuelve el ataque sin mayor dilación.      El 6 de agosto de 1862 se produce el combate de Curuzú Cuatiá con consecuencia fatal para los opositores, quienes abandonan el campo dejando 15 muertos y una cantidad de heridos. Entre los primeros se hallaba Basilio Acuña, muerto por efecto de un golpe de lanza que le atravesó órganos vitales. Estaba casado con María del Tránsito Gómez. 
Mocito Acuña: Juan Gregorio Acuña peleó en casi todas las batallas que libró Corrientes en procura de la organización nacional. Fue hombre motor de los ejércitos libertadores correntinos, el guía inteligente y experto con que contaron sus jefes para sus operaciones de guerra, el patriota soldado cuyos consejos eran decisivos en el lugar apropiado para librar combates o indicar la posición estratégica contra la cual se estrellarían en vano sus atacantes; ese geógrafo, ese topógrafo, sin mapa y sin plano pero con orientación segura y retentiva feliz de vastos territorios, fue el correntino Mocito Acuña. Berón de Astrada, Lavalle, Paz, Madariaga, valorando sus méritos, permitieron que sus ejércitos se movieran hacia la dirección indicada. El 31 de marzo de 1839 sobresalió en la batalla de Pago Largo formando parte del Escuadrón Pay-Ubre, dirigido por su pariente y amigo teniente coronel Joaquín Madariaga.
    El 10 de abril de ese año 1840 Mocito Acuña demostró en la batalla de Don Cristóbal, frente a las tropas de Echagüe todo su valor y destreza.
    Al poco tiempo, cuando llega el general José María Paz para organizar por decisión del gobernador Pedro Ferré el Ejército de Reserva, Mocito Acuña es rápidamente observado por el famoso Manco cordobés, y es designado Jefe de la Compañía de Guías con el grado de capitán.
    Resuelto el general Paz a dar batalla al general Echagüe, encomienda a Mocito Acuña la tarea de “instruir” sobre los pasos del río Corriente, Capitaminí, Moreira y Caá Guazú, que se halla en la zona ocupada por los contendientes.     Gran parte del éxito de esta batalla de Caá Guazú, la que se produce el 28 de noviembre de 1841, reconoce Paz en carta a Ferré que se debe a la magnífica tarea cumplida por Juan Gregorio Acuña. 

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