Hace 59 años, un 14 de agosto del año 1964, fallecía un hijo ilustre de Corrientes, el Dr. Fernando Piragine Niveyro, y todos lamentaban su desaparición física repentina, producto de un infarto, cuando en el Congreso de la Nación levantaba su voz en defensa del expresidente y amigo suyo, Arturo Frondizi, que había sufrido un atentado fallido contra su vida, el día anterior.
Eso lo caracterizó siempre a Fernando Piragine Niveyro como un idealista, defensor apasionado de la verdad, la justicia, la igualdad y la libertad. Piragine Niveyro nació en Empedrado (Corrientes) el 24 de agosto de 1913. Fue abogado, profesor de Historia del Colegio Nacional General San Martín y profesor de Derecho Procesal Civil en la Facultad de Derecho de la Unne, senador provincial, diputado nacional y gobernador de la provincia desde el 1 de mayo de 1958 al 30 de abril de 1962.
Su gobierno se caracterizó por la desafiante transformación que imprimió a Corrientes dentro del progreso y desarrollo que sostenía e inculcaba. En apenas cuatro años construyó 300 kilómetros de líneas de alta tensión y 30 usinas nuevas en toda la provincia; se realizaron más de 1000 kilómetros de asfalto y cientos de kilómetros de ripio en caminos vecinales. Y se cristalizó el Fondo de Electrificación Rural.
Estas obras viales y eléctricas permitieron la radicación de nuevas industrias y esto favoreció al desarrollo sustentable de la comunidad toda. Impulsó con Anselmo Duca, gobernador del Chaco, el convenio para la construcción del puente Corrientes–Chaco.
Construyó el Aeropuerto Internacional de Camba Punta, e inició gestiones para la construcción del puente Internacional Santo Tomé San Borja. En materia de Salud Pública se crearon las bases técnicas y especiales del hospital psiquiátrico San Francisco de Asís. Se reestructuraron hospitales públicos con profesionales técnicos capacitados y personal médico especializados.
Creó la Inspección General de Enseñanza Secundaria, la Escuela de Odontología y la Escuela de Enfermería y Obstetricia.
En su mandato se sancionó el Estatuto del Docente, y en política social y previsional, se reajustaron los haberes de los jubilados, que pasaron a cobrar el 82% móvil. Se dio solución al problema del arroyo Poncho verde, realizando la obra pública de entubamiento con sus obras complementarias, lo que significó la inclusión y comunicación de zonas de capital que estaban separadas.
En momentos como el que vivimos donde pareciera que nuestros dirigentes no pueden encontrar el rumbo en la conducción de los destinos de la Nación, se agiganta la imagen de nuestro homenajeado, quien, en muy poco tiempo, siendo muy joven, y quizás por eso mismo, forjó el destino de una Provincia y la hizo ingresar a la modernidad.
Cuando uno piensa en la gigantesca obra, que aquí solo enuncio algunas, se tiene la impresión que hay personas que nacen antes de tiempo, son adelantados, selectos y que trazan un camino de futuro para las generaciones venideras. Son aquellos los creadores de verdad, perfección y belleza, al decir de José Ingenieros.
Y por último, para mí que tuve la suerte de conocerlo cuando era niño, por la gran amistad que mantenía con mi padre, me queda su imagen sencilla, honesta, bondadosa, cargada de sensibilidad social que lo hacía un político atrayente y carismático, dedicado sin límites de tiempo a solucionar los problemas de la gente, sin distinción de banderías políticas o credos.
Dr. José Benjamín de la Vega
Abogado