Por Eduardo Laphitz
Especial para El Litoral
Correntino nacido en Alvear. Piloto, instructor de vuelo e inspector, jubilado de Aerolíneas Argentinas, profesor nacional de Psicología especialista en Psicología Aeronáutica e Historia de la Psicología General.
Con la experiencia adquirida durante tantos años en la aviación y además de haber trabajado en distintas áreas, con la búsqueda de generar siempre una Seguridad Operacional concreta decidí hacer esta investigación de un viaje realizado en el año 1926 por parte de una tripulación de militares españoles, que cubrirían la distancia desde el Puerto de Palos en España hasta las costas del Río de la Plata en Buenos Aires rememorando el viaje de Colón.
En la década del 20 se iniciaron los grandes raid aeronáuticos a efectos de demostrar posterior a la Gran Guerra la utilidad de la aviación en distintos tipos de vuelo, esto hizo que en España también se produjera ese interés impulsado por el entusiasmo de los pilotos militares de la época y contando con el apoyo gubernamental.
Es allí donde aparece este vuelo que tiene una connotación significativa por la presencia en él de personajes que están comprometidos en función de la interacción personal y humana, llamada en la actualidad “Factores Humanos Aeronáuticos”, que realizaron con los criterios de comportamiento actuales sin saber que ellos existían, es decir que cumplieron con procedimientos que actualmente se instruyen, se comprueban y analizan de manera profunda, es por ello que se me presentó la oportunidad de poder ver en detalle los criterios de actuación de esta tripulación en un desafío tan imponente en un tiempo que todo en el ámbito aeronáutico era de descubrimiento.
El vuelo se inicia el día 22 de enero de 1926 con el gran deseo de poder lograr una meta con los niveles auxiliares, para poder realizarlo muy diferente a los raid de otros países que contaban con el triple de ayuda que la que disponían estos pilotos españoles, eso hizo que se tomaran las mayores medidas de seguridad de la época en lo que se refería a navegación y técnica general de vuelo, pero lo más importante en este vuelo y que lo hace especial, son los hombres que la integraron y su trabajo interactivo a nivel personal de manera exitosa, que hicieron que superaran las contingencias surgidas en la travesía haciendo que todos forjaran un equipo de trabajo equilibrado acompañado por un buen liderazgo, confianza y afecto, este último muy estudiado actualmente por parte de la Organización Internacional de aviación Civil como energía necesaria para generar la empatía.
El mensaje que el líder y comandante del vuelo la pronunciaba de manera constante era “pensar, sentir y actuar”, si vemos en la actualidad esa máxima que proponía el jefe de pilotos del año 1926 es uno de los criterios más importantes que se estudian en los manuales de las empresas más renombradas del mundo definiendo esos tres conceptos como competencias aeronáuticas.
La tripulación estaba integrada por tres pilotos y un mecánico de aviación, el jefe y líder de la misión era el comandante Ramón Franco, hermano menor de Francisco, pero con una personalidad e ideología completamente diferente, formado en la infantería española y con amplia experiencia de guerra en Marruecos tanto en tierra como en vuelo, de ideología republicana, habiendo sido diputado por esa corriente política tan importante en España.
El segundo piloto era el capitán Julio Ruíz de Alda, amigo cercano de Franco, piloto y observador aeronáutico, esa función cubría el espacio de navegante, es decir el responsable del cálculo de distancias consumos y rumbo, formado en el arma de artillería y con experiencia en Marruecos también, es decir con el conocimiento de las situaciones límites imperante en la guerra. Su ideología era diametralmente opuesta a todos, ya que en los años sucesivos formó conjuntamente con Primo de Rivera, la Falange Nacionalista, es decir una corriente política de fortaleza nacional y católica que tuvo gran participación en la Guerra Civil Española.
El tercer piloto era Juan Manuel Durán, perteneciente a la Aviación Naval, el teniente Durán fue incluido en el vuelo por una sugerencia del Gobierno español para contar con la ayuda de la Marina de guerra en la travesía, él no había participado de las preliminares del vuelo pero dentro de todo se integró, no realizando la totalidad del raid aéreo , su ideología era católica y liberal por lo que se cuentan por parte de algunos testigos y parientes ya que a los pocos meses de realizado el vuelo transoceánico falleció en un accidente aéreo.
El mecánico era Pablo Rada, mecánico personal y amigo de Ramón Franco con amplia experiencia en Marruecos en el mantenimiento de aeronaves, si bien venia del ambiente de la mecánica automotriz, haciéndose el sargento Rada un verdadero especialista en aviones en la guerra de Marruecos conjuntamente con su jefe Franco. La ideología de Rada se inclinaba al Partido Comunista se decía que estaba afiliado al PCE (Partido Comunista Español) y durante la guerra civil estuvo combatiendo en el bando republicano opuesto a Francisco Franco.
La idea fundamental de este articulo radica en dejar claro que por más que existan diferencias ideológicas en el desarrollo de una actividad, lo importante es el objetivo a cumplir, es decir la meta clara, el entendimiento mutuo, el afecto y cariño entre los integrantes que generan normalmente las fortalezas a las dificultades a enfrentar. El objetivo del vuelo que culminó el 10 de febrero de 1926 cumpliendo 10.270 kilómetros y cincuenta y nueve horas y treinta minutos con siete escalas se realizó exitosamente con una fortaleza humana a destacar ya que los lazos de todos se mantuvieron de manera efectiva.
Es por es que en este artículo mi objetivo radica en demostrar que cuando algo motiva (motivación pura) desde el interior las ideologías permanecen, pero la meta está antes de todo generada por la integración e interrelación de las personas con respeto por sus ideas.
Para hablar y comentar las vicisitudes del vuelo deberíamos tener un artículo o una charla especial pero mi intención como aeronáutico que soy y haber vivido tantas experiencias era manifestar el factor humano con eje fundamental de este vuelo que generó una travesía significativa.