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/Ellitoral.com.ar/ Edición Nacional

Brasil mira al Pacífico

En agosto de 2005, cuando el escándalo de la corrupción sacudía a las más altas esferas del gobierno brasileño y la popularidad del presidente Luiz Lula da Silva rodaba cuesta abajo, Alan García, presidente electo del Perú el pasado 4 de junio, escribía a los líderes de la Internacional Socialista una enjundiosa carta de apoyo a la gestión del mandatario brasileño.

En señal de gratitud por aquel "gesto", el pasado martes 13, Lula da Silva enviaba a Lima un avión de la Fuerza Aérea Brasileña para trasladar a García a Brasilia. Cuatro horas después, ambos se reunían en el Palacio de Planalto.

En ese cónclave se habría delineado un programa de acercamiento estratégico de cara a los próximos años, dando por descontado el hecho de que Lula tendría pavimentado el camino para su reelección, en octubre.

Y es que el ajustado triunfo en segunda vuelta de García sobre Ollanta Humala, el candidato nacionalista cuyo solo nombre estremece los nervios de los inversionistas, ha terminado por consolidar un delicado equilibrio que a nivel continental tendía a perderse en opciones situadas fuera de la ortodoxia democrática. Como ejemplos están el presidente venezolano Hugo Chávez y su aliado ideológico, el boliviano Evo Morales.

En ese cuadro, con los dos grandes bloques regionales –el Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones (CAN)– sumidos en sendas crisis, el acercamiento entre Lula y García podría representar, junto con la reciente reelección en Colombia del conservador Álvaro Uribe, un freno momentáneo a las aspiraciones de Chávez de liderar la región.

Pero ocurre que ni siquiera el "fracaso" en Perú por la derrota de Humala ha detenido el febril activismo del presidente bolivariano. Ahora Chávez centra su atención en Ecuador, país que atraviesa una grave crisis energética producto de las huelgas y de la rescisión del contrato a la compañía petrolera estadounidense Occidental, tras la sanción de la ley que obliga a las empresas extranjeras a compartir el 50% de sus ganancias con el Estado. El resultado ha sido un déficit de producción que ha obligado a las autoridades ecuatorianas a suspender sus exportaciones de crudo para abastecer el mercado interno. Rápido de reflejos, Chávez ofreció el petróleo venezolano para ayudar a paliar la crisis de oferta.

Para colmo, Brasil acaba de sufrir un duro revés en Bolivia con la nacionalización de los hidrocarburos decretada por el gobierno de Evo Morales. Como se sabe, Brasil es el primer inversor en ese sector en el país del Altiplano, y Petrobras, su gigante estatal, ha sido el principal perjudicado. En Brasilia, ven la sombra del ex teniente coronel de paracaidistas detrás de la concreción de esa medida.

Con este panorama, Brasil mira al Pacífico en busca de aliados que apuntalen su viejo anhelo de liderar la región, cristalizado en la Comunidad Sudamericana de Naciones.

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