Una cuestión psicológica

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Después de cosechar su tercera caída consecutivas, con diferentes matices y motivaciones, a pocas horas que concluya el campeonato de la Primera B Nacio-nal, Hubo una vez más autocrítica en integrantes del plantel de Boca Unidos. Uno, el delantero Aldo Visconti selló su reflexión con un “estamos haciendo mal las cosas o estamos pensando más allá de lo que son los partidos”.

En tiempos de Mandiyú en el fútbol grande, sucedía algo así cuando se acercaba el fin del año calendario. Se percibía, y lo reconocían, lo cual influía en el rendimiento del equipo.

Una sensación que hay futbolistas, muchos o pocos, que no soportan la presión continua de una cuarentena de partidos oficiales a lo cual hay que sumarle los entrenamientos y concentraciones.

Es cierto, como dicen algunos, son profesionales y no les debe hacer mella el trajinar porque no les llega de un día para el otro y, además, en el caso que nos ocupa, reciben retribuciones que les permitirían disimular o equilibrar lo que demanda el esfuerzo.

Como no es un único caso, esto lleva a pensar que se trataría de una cuestión psicológica, tema muy común, y máxime en estos tiempos cuando el estrés ocupa un lugar preponderante en un ranking para nada gracioso por los temas con los cuales comparte cuestiones relacionadas con la salud.

Hay clubes de fútbol, y también se da en otras actividades, que recurren a servicios profesionales en la materia. Están quienes los adoptan y otros que lo detestan.

Como sea, y es sobre algo a lo que no puedo referirme por desconocimiento, no deja de ser una materia pendiente para fortalecer o disminuir debilidades en quienes como los futbolistas, los tenistas de la elite (hay casos que tienen su asistencia sicológica) y otros deportistas de alto nivel, deben resistir a presiones inesperadas.

Pasa por la responsabilidad (algo que debemos tener todos quienes alguna tarea cumplimos), por los reclamos de los hinchas, básicamente en el fútbol, y las exigencias propias de la actividad, cualquiera sea.

El tema está instalado, sólo resta abrir la mente para no oponerse a lo que puede contribuir. Pero algo se deberá hacer para no caer en esa depresión temporaria, tal vez producto del agotamiento.

Como se perfecciona cada día en el tema de la preparación física para no resquebrajar la estructura muscular y tornarla resistente cada vez más, quizás haya que buscar la otra asistencia. Esa que involucra a una parte fundacional del organismo, como lo es la psiquis, por donde pasa la concentración, algo fundamental.

Visconti añadió que “tenemos muchas desatenciones...”. Ahí puede estar una de las razones del declive.

Habrá que prestarle atención. Esfuerzo no requiere, ya es algo.