Con una charla abierta, el chef Bazterrica busca revalorizar los productos autóctonos

Gonzalo Bazterrica es un chef de amplia trayectoria que llegó a Corrientes y mañana a las 20 dará una charla en las instalaciones del diario El Litoral, en Yrigoyen 990, donde compartirá su experiencia de ser parte del movimiento gastronómico “Slow Food” y la importancia de valorizar los productos autóctonos. 

Bazterrica adelantó que en su disertación contará la experiencia que tiene como cocinero y “la historia de cómo llegué a ser parte del Slow Food, que nació en contraparte al Fast Food y que tiene como filosofía volver a las raíces, darle importancia al productor local, cuidar la producción y los cultivos”.

En ese sentido explicó que en el país el movimiento “fue mutando” y que actualmente está conformado por “aquellos interesados en volver a las raíces y darle importancia a la cultura gastronómica de cada localidad”. 

En la jornada, el profesional gastronómico formado en la Escuela de Cocineros del “Gato” Dumas, explicará las ventajas de generar la propia materia prima. Sucede que Gonzalo tiene en su restaurante “Ocho Once Maison du Chef” una huerta hidropónica, que es un sistema de cultivo sin tierra. 

“Esta huerta tiene varias ventajas: (las verduras y frutas) crecen un 30% más rápido que en la tierra; crecen en forma vertical, por lo que por metro cuadrado se puede tener mucha más producción”, sostuvo en diálogo con ellitoral.com.ar y aseguró que “se evitan las plagas porque no está en contacto con la tierra, que es la causante del 90% de la enfermedad de las plantas”.

Para el cocinero que también adquirió conocimientos en Francia y Nueva York, “hay que darle importancia a los productores locales, porque hay mucha materia prima de excelente calidad y si uno le compra a un productor local, se genera una mejor economía y no se pierden las raíces de la cultura gastronómica de cada lugar, que es muy rica”.

A puertas cerradas

Bazterrica atiende su restaurante en Palermo (Buenos Aires) con la particularidad de ofrecer un menú de cinco pasos, ser a puertas cerradas y de mayor contacto con los comensales. Tener este tipo de local surge como “una necesidad de aquellos cocineros que no pueden abrir uno convencional por los altos costos que tiene mantenerlo”, resalta.

Allí “los clientes no eligen qué comer, y al no poder hacerlo la persona que asiste queda librada a lo que le ofrece el cocinero, por lo que no es para cualquiera porque no a todos les gustan determinadas comidas”, argumenta. 

Para finalizar agrega: “Mi estilo de cocina es la acumulación de toda mi experiencia, tiene muchas facetas francesas, cocina moderna de Nueva York; pero trato de hacer las comidas con productos latinoamericanos”.