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/Ellitoral.com.ar/ Interior

Instalaron equipo que reduce el tamaño de los residuos patológicos y construyen un horno pirolítico

El intendente de Curuzú Cuatiá, José Irigoyen, fue ayer al predio de la Planta de Manejo de Residuos (Plamares) para interiorizarse sobre la puesta en marcha de un convertidor de residuos patológicos (BIO 5000). En la actualidad, indicaron, en la ciudad recolectan unos 180 kilos por día de ese tipo de desechos.

“El BIO 5000 funciona mediante rayos gamma y luz ultravioleta, y es controlado por una microcomputadora automática que además de inactivar los agentes infecciosos, reduce el volumen de los residuos a un cuarto de su tamaño original”, precisaron desde la Municipalidad.

Tras lo cual comentaron que “el intendente durante su recorrida junto con los trabajadores de la planta y el técnico, Gerardo Zambón, que puso en función el BIO 5000, se interiorizó de cuantiosos detalles que hacen al trabajo diario, tales como recolección, traslado, manejo, clasificación y destrucción de dichos residuos”.

En este marco, recordó que la Comuna también está trabajando “en la fabricación de un horno pirolítico para la destrucción total de los desechos patológicos una vez convertidos por el BIO 5000”.

Asimismo, Irigoyen hizo hincapié en la seguridad de los trabajadores y por eso ya ordenó la adquisición de la indumentaria adecuada específicamente para quienes desempeñan tareas en ese  sector.

 

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