Miércoles 24de Abril de 2024CORRIENTES22°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$852,0

Dolar Venta:$892,0

Miércoles 24de Abril de 2024CORRIENTES22°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$852,0

Dolar Venta:$892,0

/Ellitoral.com.ar/ Vivir Bien

“Estoy agotado”

El síndrome del quemado parece ser el mal de este tiempo. No se trata de un cansancio que se soluciona con una siesta o una buena noche de sueño, sino de un agotamiento total en todas las áreas de la vida: emocional, física y espiritual.

Por Bernardo Stamateas

Colaboración Especial 

Mucha gente hoy en día vive en un estado de agotamiento permanente. Es lo que se conoce como “el síndrome del quemado” y parece ser el mal de este tiempo. Podríamos comparar nuestra vida con las cuerdas de un violín. Para que emitan un buen sonido tienen que estar tirantes. Si están demasiado flojas, no sonarán; y si están demasiado tirantes, se podrían romper.

Lo mismo sucede con nosotros. Cuando experimentamos una sobrecarga de tensión debido a las muchas responsabilidades y los muchos problemas que tenemos, a veces nos sentimos agotados, desgastados, casi al borde del colapso. Pero no se trata de un cansancio que se soluciona con una siesta o una buena noche de sueño, sino de un agotamiento total en todas las áreas de la vida: emocional, física y espiritual.

Tensión 

Todos los seres humanos precisamos un mínimo de tensión pero cuando esta es demasiada y no cesa, podemos caer en el agotamiento que llega de dos maneras. A saber:

1.    De repente: esto sucede cuando atravesamos una serie de hechos estresantes, todos a la vez, que se convierten en estímulos altamente negativos. La persona tiene la sensación de que se le cayó el techo encima. 

2.    Lentamente: aquí las dificultades vienen de una a la vez pero con el tiempo, y casi sin darse cuenta, la persona va entrando en agotamiento.

Síntomas 

Estos son los síntomas más comunes del agotamiento:

•    Estar irritable

Todo nos molesta o nos enoja y nos volvemos hipersensibles. El menor ruido parece un grito ensordecedor y cualquier problema, por insignificante que sea, es vivido como una catástrofe. 

•    Tener ciertos síntomas físicos

Tales como insomnio, dolor de cabeza, mala digestión, cansancio, falta de memoria y deseos repentinos de llorar.

•    Ser impaciente

La persona agotada no se tiene paciencia ni a sí misma ni a los demás. Su tolerancia desciende a niveles muy bajos y puede reaccionar mal en cualquier momento.

•    Pensar negativamente

El agotamiento nos hace pensar que no servimos en absoluto, que nada nos sale bien, que todo el mundo está en contra de nosotros, etc. Es decir, un círculo incesante de pensamientos que nos lastiman de los cuales no resulta fácil salir sin ayuda.

•    Sentirse aburrido

A quien está agotado, todo le da lo mismo, nada lo motiva ni despierta su interés.

Es importante tratar el agotamiento, que en muchos casos se convierte en crónico, porque si persiste en el tiempo nos puede llevar a cometer estos dos grandes errores:

1.    Tomar malas decisiones

Nunca deberíamos decidir, cuando estamos muy cansados porque, bajo agotamiento, seguramente nos equivocaremos.

2.    Dejar todo

Tampoco deberíamos huir de las actividades habituales, sino tomarnos un tiempo para recuperarnos y comprobar si realmente deseamos un cambio.

Para salir del agotamiento (o evitar caer en este), nuestra actitud es fundamental. De manera práctica podemos esperar un futuro brillante. Desear siempre lo mejor, disfrutando cada cosa que tenemos y hacemos. Dedicarnos a hacer con frecuencia todo aquello que nos brinda placer y alegría. Reírnos más. Ejercitar el cuerpo. Y, sobre todo, descansar regularmente. En resumen, cuidarnos sabiamente.

DESTACADO

El agotamiento nos hace pensar que no servimos en absoluto, que nada nos sale bien, que todo el mundo está en contra de nosotros.

 

¿Te gustó la nota?

Ocurrió un error