A pesar de los diversos cuestionamientos y hasta la destitución de un funcionario comunal que provocó el derrumbe de una parte de las costas de Ituzaingó, la zona afectada aún continúa tapada con un plástico negro y sin repararse. Una situación que genera malestar en los vecinos, especialmente porque las refacciones que realizó la comuna cuando se produjo el primer desmoronamiento, las cuales habrían costado alrededor de 400 mil pesos, al poco tiempo cayeron nuevamente.
Cabe recordar que el mal estado en que se encuentran las barrancas correspondientes al área de la playa “Paranaguá”, histórico balneario del casco histórico de Ituzaingó, se remonta a un derrumbe que se produjo en abril del año pasado. Un hecho que se habría producido, según lo admitido por un funcionario comunal ante los concejales, luego que colapsara un caño del desagüe pluvial de la ciudad porque en su extremo estaba tapado por un chapón. Algo que causó cuestionamientos por parte los ediles y vecinos cuando tomaron conocimiento que esto había sido colocado por el municipio, el cual luego se olvidó de quitarlo.
Si bien, la comuna ituzaingueña reparó la zona afectada con un presupuesto que presuntamente habría sido de 400 mil pesos, a los pocos meses las precipitaciones dejaron al descubierto la precariedad de la obra. Tanto es así, que desde el cuerpo deliberativo solicitaron informes al ejecutivo municipal a fin de determinar quienes eran los responsables de que se invirtiera tanto dinero en algo que no tuvo buenos resultados.
Pero los diversos cuestionamientos tanto escritos como informales, no recibieron una respuesta sino tan sólo el anuncio de que la realización de las nuevas reparaciones serían licitadas por un monto de 250 mil pesos.
Del momento que fue dada a conocer esta noticia, ya pasaron varios meses y en Ituzaingó todo continuaría igual: las barrancas afectadas tapadas con un plástico negro. Los vecinos desconocen las razones por las cuales el escenario es el mismo, lo único que saben es que las precipitaciones lentamente están regresando y con ellas el temor a un nuevo derrumbe. Teniendo en cuenta en este punto, que la zona afectada es precisamente un lugar importante en la ciudad veraniega debido a que forma parte del casco histórico.
Por esta razón, los vecinos no sólo esperan que las autoridades comunales puedan tomar los recaudos necesarios para evitar el riesgo de que las aguas puedan llevar lo que queda de la barranca. Asimismo, también confían en que en algún momento alguien le explicara a toda l comunidad tanto las razones de la demora y quienes fueron los responsables de que se gastara 400 mil pesos en una obra que no está.
Cabe recordar que el mal estado en que se encuentran las barrancas correspondientes al área de la playa “Paranaguá”, histórico balneario del casco histórico de Ituzaingó, se remonta a un derrumbe que se produjo en abril del año pasado. Un hecho que se habría producido, según lo admitido por un funcionario comunal ante los concejales, luego que colapsara un caño del desagüe pluvial de la ciudad porque en su extremo estaba tapado por un chapón. Algo que causó cuestionamientos por parte los ediles y vecinos cuando tomaron conocimiento que esto había sido colocado por el municipio, el cual luego se olvidó de quitarlo.
Si bien, la comuna ituzaingueña reparó la zona afectada con un presupuesto que presuntamente habría sido de 400 mil pesos, a los pocos meses las precipitaciones dejaron al descubierto la precariedad de la obra. Tanto es así, que desde el cuerpo deliberativo solicitaron informes al ejecutivo municipal a fin de determinar quienes eran los responsables de que se invirtiera tanto dinero en algo que no tuvo buenos resultados.
Pero los diversos cuestionamientos tanto escritos como informales, no recibieron una respuesta sino tan sólo el anuncio de que la realización de las nuevas reparaciones serían licitadas por un monto de 250 mil pesos.
Del momento que fue dada a conocer esta noticia, ya pasaron varios meses y en Ituzaingó todo continuaría igual: las barrancas afectadas tapadas con un plástico negro. Los vecinos desconocen las razones por las cuales el escenario es el mismo, lo único que saben es que las precipitaciones lentamente están regresando y con ellas el temor a un nuevo derrumbe. Teniendo en cuenta en este punto, que la zona afectada es precisamente un lugar importante en la ciudad veraniega debido a que forma parte del casco histórico.
Por esta razón, los vecinos no sólo esperan que las autoridades comunales puedan tomar los recaudos necesarios para evitar el riesgo de que las aguas puedan llevar lo que queda de la barranca. Asimismo, también confían en que en algún momento alguien le explicara a toda l comunidad tanto las razones de la demora y quienes fueron los responsables de que se gastara 400 mil pesos en una obra que no está.
