Una ilustradora correntina conquista las redes con sus dibujos sobre problemas cotidianos

Por Roxana Feldman (@roxifeld)

Pilar Polo tiene 27 años y es diseñadora gráfica de profesión, aunque dibujante por vocación. Hace unos años abandonó su Goya natal para instalarse en la ciudad de Corrientes. De mente inquieta, curiosa y reflexiva, encontró en el dibujo la forma de expresión que más le sirve para evacuar sus dudas, dramas y problemas cotidianos.

Desde “Pilar Polo Ilustra”, su página en Instagram y Facebook, condensa cientos de emociones y encuentra la identificación de un público que va creciendo a ritmo acelerado tanto en el mundo virtual como en el real.

“Pilar Polo es una persona común y corriente que tiene una imperiosa necesidad de expresar lo que siente, lo que piensa, sueña y que elige el medio del dibujo porque es un medio menos doloroso para decir las cosas”, se describe a ella misma. A través de sus caricaturas en redes sociales, hace lugar a la catarsis propia e invita a otrxs a acompañarla en un proceso que define como de “búsqueda personal”.

Aunque reconoce que, en realidad, siempre se expresó a través del dibujo, su tendencia se intensificó durante los años de la adolescencia: “Los dibujos que hacía en ese entonces eran todos destripados, bien de rebeldía adolescente”. Años después llegó la hora de elegir qué estudiar. Barajó opciones y se decidió por Diseño Gráfico, algo que, en cierta medida, canalizó su pasión.  

Se trasladó de Goya a Corrientes. Lejos de su casa comenzó a animarse muy tímidamente a subir sus creaciones a su perfil personal en Facebook, luego dio un paso más y se creó una fanpage, aunque las dudas e inseguridades no tardaron en llegar.

En cierto momento, unos años atrás, incluso tomó la decisión de abandonar su pasión y se “autoconvenció” de que estaba destinada a crecer exclusivamente desde el Diseño Gráfico.

Pero el mensaje que venía desde el corazón tardó poco en llegar y esa pregunta que más de unx ha tenido alguna vez dominó ese momento de crisis: -¿Qué quiero realmente para mi vida?. La respuesta no estaba lejos, más precisamente resonaba sólo a un trazo de distancia y decía fuerte y claro: “Ser ilustradora”.

Así fue como, también estimulada por una incipiente corriente de nuevos ilustradores, se animó a traspasar la barrera de la timidez y comenzó a compartir sus dibujos con otrxs. De sus primeras viñetas recuerda que eran mucho más vinculadas al humor, pero luego mutaron a un estilo más catártico y reflexivo que se mantiene hasta la actualidad y que le permite afianzar un lazo con el público desde la identificación.

Su estilo

Pilar sostiene que su estilo está en plena construcción pero es meramente autorreferencial. Lo define como “un reflejo de su ser”. A grandes rasgos, responde a ciertas características: “es simple, directo, con dibujos para nada rebuscados y mensajes con textos muy contundentes” en cada una de sus viñetas.

La base de su trabajo son temas cotidianos que le pasan en su vida pero la impronta principal está en las emociones. Bajo este concepto desarrolla series de ilustraciones vinculadas a temas muy profundos y en plena sintonía con su búsqueda personal y espiritual.

En cuanto a personajes, se destaca una nena pelicorta que ella llama “su actriz”: “Como a mí no me gusta dibujarme, ella es mi representante en el mundo de las caricaturas”. También están “los mambos”, un conjunto de “bichitos/monstruos” muy vistosos que aparecen siempre que hay un problema:

“Es mi manera de representar los conflictos personales”, explica. “Me gusta darle una imagen a eso que por ahí las personas niegan o no les gusta hablar, que esté presente. Es parte de reconocerlo y saber que está, pero no desde el lado del drama”, sintetiza.

La fama y el ser ilustrador

En su perfil de Instagram cosecha más de 4.200 seguidores; en Facebook la cifra oscila los 1.500. Su anhelo personal es lograr que la ilustración sea el único sustento económico en su vida. Su deseo es firme aunque “tiene una cuestión con el tema de la fama”. Admite sin vacilar que “quiere ser conocida”, porque quiere seguir por este camino, pero no quiere lograrlo “por ser una más”.

En este sentido, aclara que, si bien “se expone mucho” en cada una de sus publicaciones, “no le interesa” que la gente conozca su vida ni quién es, sino que reconozca “su corazón y los sentimientos a los que le pone voz”.

En síntesis, Pilar acude a un mensaje que sugiere siempre en sus dibujos: seguir al corazón. Tomando su propia experiencia como ejemplo, alienta a los demás a dejar de lado la racionalidad y el deseo intenso de buscarle la “lógica y el entendimiento” a todo, y rastrear el instinto dictado por la fuerza de los sentimientos. “Eso es lo que vale, porque la mente no comprende lo que el corazón sabe”.