Argentina sin narcotráfico

El presidente Mauricio Macri asumió su gobierno con tres compromisos formulados durante la campaña electoral: hambre cero, unir a los argentinos y Argentina sin narcotráfico, poniendo así de relieve un tema que en otras campañas era inexistente. 

Respecto al narcotráfico vale señalar que la política que implementa el Gobierno es una versión maquillada de la vieja guerra contra las drogas. Si tuviéramos que precisar en qué consiste la actual política de drogas, diríamos: más jueces y fiscales, decomisos, control fronterizo, “decreto de derribo” y evaluar la incorporación de las Fuerzas Armadas para temas de seguridad interior. 

Parece que no alcanzan las dolorosas experiencias de México o Colombia. Sólo en el país azteca han muerto o desaparecido cerca de doscientas mil personas en 12 años. ¿Para qué seguir llevando adelante políticas que sólo agravan el problema? ¿Por qué persistir en errores que profundizan los costos sociales y sanitarios?

Por otro lado, diariamente vemos fotos muy producidas de las sustancias decomisadas, pero no hay fotos o datos de los lavadores de dinero. Esa es la foto que importa. Saber cómo y quiénes introducían en el circuito legal el dinero negro. De qué manera las fortunas producidas ingresan al sistema financiero o productivo.

El ex diputado nacional Fabián Peralta, en una nota en infobae.com, dice que el Gobierno lleva adelante una política basada en sus convicciones, pero sobre todo basada en frases tan impactantes como mentirosas, generadas por sus publicistas y comunicadores. Es la foto, como decíamos.

Solo así se explica el “Argentina sin narcotráfico” ¿Hay algún país en el mundo que no tenga narcotráfico? ¿Cuál? ¿No es acaso Estados Unidos el país con fronteras más controladas y con mayor logística y, sin embargo, todos los años entra cocaína para abastecer al 50% de los consumidores a nivel mundial que allí viven?

Entonces, el norte que se establece como objetivo de la política de drogas es falaz, mentiroso e inalcanzable.

Por otro lado, imaginemos que la política de la ministra Bullrich lograra lo que no se logra en ningún lugar del mundo y que no haya más sustancias ilícitas en el mercado clandestino. Aquí vale la pregunta: ¿Qué hacemos con el alcohol? (claramente el principal problema en cuanto a sustancias. Dicho sea de paso, ¿alguien piensa en regular su publicidad?) ¿Qué hacemos con los psicofármacos legales, pero que se usan ilegalmente cuando no son recetados?

Indudablemente la política del Gobierno está destinada al fracaso. Pone todos los recursos en bajar la oferta y nada en bajar la demanda. Sólo fijándonos todos, como sociedad ese objetivo podremos tener otros resultados.

Basta con “la droga mata”, “la droga avanza”, “la droga te destruye”. No es la droga, somos los individuos que la consumimos, somos nosotros, las personas, los que decidimos y no el objeto.

No es posible seguir sustentando una política que de cada 100 pesos que invierte 95 los destina a aspectos represivos y sólo 5 a prevención o asistencia. En el mundo la proporción es más cercana al 50 y 50.

El panorama se completa con el sostenimiento de una ley que penaliza al consumidor. Es digno reconocer al Gobierno el haber puesto en agenda el tema. Ahora tiene que salir de este esquema peligroso y que sólo traerá peores consecuencias. 

Debe propiciar un amplio debate donde no se penalice al consumidor, donde se respeten los derechos humanos, donde se evalúe la regulación estatal y donde el derecho a la salud esté presente.