La “Casa Pecarevich” será el testimonio de la identidad barrial del Virgen de los Dolores

Ubicada en el corazón del barrio Virgen de los Dolores, durante varias décadas la Casona Pecarevich permaneció escondida entre frondosos árboles y el populoso asentamiento informal que fue creciendo a sus pies hasta taparla por completo, y no fue hasta hace poco que durante las obras de urbanización que se realizan en sus inmediaciones, la construcción volvió a retomar notoriedad ante la posibilidad de una revalorización. El edificio, que data de las primeras décadas del siglo pasado, perteneció a una familia de floricultores de la zona pero desde hace varios años se encontraba ocupada irregularmente y estaba en ruinas, por lo que los vecinos plantearon la necesidad de volver a utilizar al lugar con fines comunitarios.

El Estado provincial, a través del Instituto de Viviendas de Corrientes (Invico), se encuentra desarrollando un programa de urbanización en el Virgen de los Dolores y dentro de la intervención contempla la recuperación, revalorización y reconstrucción de la Casona Pecarevich. El Litoral recorrió el barrio Virgen de los Dolores y dialogó con algunos vecinos que manifestaron su interés en que el edificio, que forma parte de su identidad barrial, sea destinado a usos comunitarios para los habitantes de la zona.

La Casona Pecarevich

Hacia el Sur de la ciudad se ubica el histórico cementerio San Juan Bautista y justamente lindante con su muro sur, se encuentra el barrio Virgen de los Dolores, una de las zonas más postergadas de la Capital que desde mediados del siglo pasado se convirtió en un asentamiento informal que lentamente se fue incluyendo en el entramado urbano capitalino. En el centro de la barriada se encuentra un chalet, similar a un casco de estancia, llamado casa o casona Pecarevich y que, según consignaron algunos habitantes del lugar, se ubica en la zona desde las primeras décadas del siglo pasado.

Siguiendo los datos de fuentes documentales y también de los testimonios de vecinos de la barriada, el edificio de dos plantas perteneció a una familia de floristas que vivían en la zona, pero que con el correr de los años fue abandonado y usurpado por distintas personas hasta la actualidad que fue recuperada. Según el libro “El barrio Virgen de los Dolores: orígenes y momentos históricos, patrimonio barrial y logros de las organizaciones comunitarias” de la arquitecta Marisol Maciel, el chalet perteneció a la familia Pekarevich (sic), de origen búlgaro, y cuyo dueño “fue el vecino que poseía las más grandes plantaciones que llegaron a extenderse hasta el actual barrio Juan de Vera”. 

“La casona pertenecía a un vecino que se llamaba Juan Pecarevich, que era dueño del ‘Jardín Los Gladiolos’ y que formaba parte de distintas floristerías que comerciaban al cementerio San Juan Bautista”, señaló Pedro, un vecino del barrio Virgen de los Dolores. Hacia el sur del camposanto se ubicaban los cultivos de flores, pertenecientes a las familias Pecarevich, Gálvez, Lescano y Romero, que abastecían a las ofrendas mortuorias y feligreses que diariamente se acercaban para rendir homenaje a sus difuntos.

Con el fallecimiento del propietario del chalet, la construcción fue ocupada por habitantes de la zona, inclusive se añadieron otras dependencias precarias, y el edificio fue absorbido por el asentamiento.

Recuperación

Con la ejecución del programa de regularización dominial y de las obras de urbanización y mejoras habitacionales para el asentamiento del Virgen de los Dolores, la Casa Pecarevich debió ser recuperada: tras la expropiación de los terrenos donde se encuentra el chalet (que se encontraban completamente ocupados) el Invico trasladó a las dos familias que habitaban en la construcción y se definieron los proyectos para su puesta en valor. 

Desde el Invico explicaron que en un principio analizaron desde su demolición hasta la creación de Núcleo de Inclusión y Desarrollo de Oportunidades (Nido), pero que actualmente la idea es revalorizarla y refuncionalizarla con fines comunitarias. “El proyecto de obra contempla la supresión de la planta alta para la construcción de un sólo salón grande. Se construirán sanitarios y tendrá un acceso mediante una peatonal a la que se ingresará por la calle Gutnisky, contando con cerramiento perimetral y un parque. Hasta el momento se demolieron las construcciones anexas que no pertenecían a la obra original, se reubicaron a las dos familias que vivían en el interior y se procederá a revalorizar al edificio”, explicaron encargados técnicos del Invico a este medio.

Según los testimonios del barrio, “en el invierno en los terrenos de la Casa Pecarevich se plantaban caléndulas, margaritas e inmortales, y durante los veranos los copetes”.

Importancia barrial

Para los habitantes del Virgen de los Dolores la casona Pecarevich reviste de importancia histórica ya que forma parte de la su identidad barrial, por lo que vienen impulsando su refuncionalización con fines comunitarios. “Nosotros queremos que sea un salón de usos múltiples para que los vecinos nos podamos reunir, los chicos puedan recibir clases de apoyo escolar y sea un comedor”, manifestó Estela, una de las vecinas del lugar.

“No queremos que tiren abajo el edificio porque es importante para nosotros. Por eso estamos contentos con que no sólo vamos a poder tener servicios, sino porque la casona va a ser destinada la comunidad”, señaló otra vecina.

Si bien la antigua casa Pecarevich ya no es la custodia de vastas hectáreas de gladiolos, caléndulas, margaritas, inmortales y copetes, el edificio aún atesora los recuerdos y una parte de la identidad de los vecinos del barrio Virgen de los Dolores. 

El dato

El barrio Virgen de los Dolores es un asentamiento irregular donde viven unas 133 familias en situación de vulnerabilidad. El Estado provincial ejecuta en el lugar obras de redes de servicio, urbanización y soluciones habitacionales.