Corrientes en 1810: la plaza central como foco de la vida social y política

Corrientes, en los primeros años del Siglo XIX, cuando comenzaron a sonar los repiques de la Revolución argentina, tenía las características que le imponían las barrancas del Río Paraná, una aldea pobre, con calles irregulares, veredas altas y sus casas con techos de palma o de paja. La vida se desarrollaba en torno al río, por la necesidad de tener agua para el uso cotidiano.

La plaza, actual 25 de mayo, originariamente fue una plaza seca vinculada con los accesos a la ciudad y el puerto, además de ser lugar de pastoreo de los animales domésticos de los vecinos, a pesar de las reprimendas del Cabildo, el principal órgano político de la época ubicado en donde funciona la Jefatura de Policía hoy.  

Su disposición fue proyectada de acuerdo a los criterios de estructuración de la ciudad indiana impuesta por los colonizadores que se dividía en zonas: el centro cívico, con la plaza y los edificios públicos alrededor; la zona urbana con manzanas cuadradas o rectangulares, y la zona de quintas y chacras.