El ambiente festivo que se vivió durante las más de dos horas que duró la Marcha por el Clima, en Madrid, contradecía el diagnóstico apocalíptico que anunciaban las pancartas: “Mañana será demasiado tarde”, “No hay un planeta B”, “Se busca un futuro”, ”Nos fumigan”.
Miles de personas desbordaron cinco kilómetros de la capital española, sede en estos días de la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25), para reclamar “Justicia climática”.
El fervor de la movilización, que partió a las 18 de la estación de Atocha y llegó a las 8.30 a Nuevos Ministerios, no permitió precisar la cantidad exacta de manifestantes: para el gobierno español fueron cerca de 15.000 mientras los organizadores, eufóricos, hablaban de 500.000 asistentes.
La manifestación fue el puntapié inicial de la contracumbre, la Cumbre Social que se propone hacerle sombra a la Conferencia de las Naciones Unidas que sesiona en esa ciudad desde mañana y durará hasta el 13 de diciembre.
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