Rocío Micaela Cortés, la joven de 24 años que se arrojó a una pileta para salvarse tras ser rociada con alcohol y prendida fuego por su novio, Leonel Maximiliano Barrios, murió ayer tras 15 días de agonía en el pabellón del Quemado del Hospital San Martín de La Plata.
De esta manera, se trata del femicidio número 33 en lo que va del año.
El pasado 6 de febrero por la mañana, Leonel cruzó al almacén de enfrente de la casa de la localidad de El Jagüel, en Esteban Echeverría, donde vivía con su novia hacía poco tiempo, compró una botella de fernet con bebida cola y otra de alcohol de quemar y, a su regreso, la roció con el alcohol y la prendió fuego.
Para apagar las llamas, la joven se arrojó a la pequeña pileta de lona que había en el patio delantero de la casa, pero aun así quedó con el 50 por ciento del cuerpo quemado, debió ser internada en el Hospital Santamarina, en Monte Grande, y luego fue derivada al Hospital Interzonal General de Agudos José de San Martín de La Plata.
La causa contra Barrios, que había sido detenido en septiembre de 2016 por robo y tenencia ilegal de arma de fuego y fue liberado tres meses después, por “tentativa de homicidio” fue recaratulada como “homicidio agravado por el vínculo y por violencia de género”.
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