Jubilados piden medidas inmediatas ante el costo actual de alimentos y medicamentos

El Gobierno de Mauricio Macri anunció que la jubilación mínima nacional será de $14.067 en diciembre, por lo que en septiembre subirá a $12.937,22 y el máximo, a $94.780,42. En este marco, abuelos que perciben el haber más bajo comentaron a El Litoral que necesitan medidas que los ayuden a “llegar a fin de mes” porque los afecta la suba de los alimentos y también de los medicamentos.

Algunos de ellos comentaron que necesitan la ayuda de sus hijos para poder comer todos los días, y otros dijeron que son ellos quienes colaboran con la economía de sus nietos comprando leche, por ejemplo. Una persona mayor de edad mostró el ticket de la farmacia de $1.700 y contó que una obra social provincial sólo les reconoce el 60% del costo. 

“Ojalá que realmente aumente el sueldo y que podamos notar en nuestros bolsillos, porque hay muchas promesas. Soy jubilada nacional y cobro el haber mínimo. Mis hijos me ayudan con la compra en el supermercado porque no puede llegar a fin de mes con mi sueldo, vivo sola con un salario menor a $15 mil”, contó Cleria del barrio Galván. 

Por su parte, Raúl del barrio Centro, relató que “vengo de comprar medicamentos a mi esposa que tiene una obra social de la provincia, tuve que pagar $1.700 porque le reconoce sólo el 60%”. “Mientras llegue a nuestros bolsillos el aumento me parece bien, pero cuesta creer. Trabajé más de 20 años en un banco, tuve un buen cargo, y mi esposa fue directora de una escuela, los dos cobramos alrededor de $13 mil cada uno”, contó.

Uno de los medicamentos que compró pasó de estar $240 a $300 este mes, por ejemplo una droga para el colesterol cuesta $266, y sostuvo que “no puede valer más de $210, pero al tardar tanto la obra social en pagar a las farmacias ponen más caro”. También expresó que una importante cadena de farmacias “debe invertir más en tinta porque en el ticket no se distinguen los precios y no sabemos qué estamos pagando”.

“Veremos en diciembre si el aumento nos ayuda, porque cuesta llegar a fin de mes. Vivo con mi esposo y con su jubilación, la de los dos, y tratamos de estirar el dinero. Nosotros ayudamos a nuestros nietos, les compramos la leche que ahora está muy cara”, contó Luisa del barrio Mil Viviendas. Agregó que “lo más caro hoy es la comida, también soy hipertensa, la obra social me reconoce el medicamento para esta enfermedad pero no para los huesos”. 

Por su parte, Marcos, del barrio Laguna Brava, dijo a El Litoral: “La pregunta es: ‘¿y mientras tanto qué hacemos?’. Ahora necesitamos comer. Tengo una jubilación mínima y con todos los descuentos cobro en mano $8 mil. Me fían de todos lados y con eso hacemos el puchero con mi compañera. Uno se trata de amañar como puede pero esto es una vergüenza, yo todavía estoy bien de salud y el Pami me reconoce los pocos medicamentos que tomo -son cuatro-, pero la comida está muy cara”.

“Era viajante  y me jubilé con moratoria, mi esposa también tiene la jubilación mínima y con eso vamos estirando hasta fin de mes. Además de la comida, los impuestos, la luz y el agua están muy caros”, afirmó. 

Otro abuelo consultado por este diario, Oscar, de 82 años, del barrio 536 Viviendas, expresó: “Se gasta mucho en comida y en impuestos, la luz sobre todo y en garrafa. Entre mi mujer y yo cobramos menos de $30 mil”. 

“Este Gobierno me sacó la pensión por discapacidad, tengo una válvula y un stend metálico, un riñón y diabetes. Cobro sólo mi jubilación mínima y con eso vamos tratando de llegar”, expresó a este diario. Según consultoras privadas como Ecolatina y ACM, para 2019 habrá una inflación de entre 50% y 55%. Los haberes previsionales acumularán una pérdida estimada de casi el 19% con relación al inicio de la nueva fórmula de movilidad. 

Los abuelos consultados se mostraron poco confiados en que este nuevo aumento se sienta en sus bolsillos.