La región mantiene la brecha de género en materia de empleo

La tasa de empleo entre los hombres continúa siendo más alta que entre las mujeres. La diferencia, incluso, es de 15,7 puntos en el aglomerado urbano Corrientes, según los datos publicados hace poco por el Indec, correspondientes al segundo trimestre de 2019.

Entre las mujeres, la tasa de empleo es de 42,8 por ciento en la ciudad. Entre los varones es de 58,5 por ciento. Las trabajadoras se sitúan por debajo de la media de la ciudad, que presenta un porcentaje de empleo de 50,2 puntos.

La brecha, no obstante, se redujo en relación con el primer trimestre de 2019. Entonces la diferencia fue de 17,8 por ciento, un poco más de dos puntos superior en relación con el segundo trimestre. 

En el primer trimestre de 2019 la tasa de empleo en Corrientes fue de 51 puntos. Entre las mujeres fue de 42,7 por ciento, y entre los varones, de 60,5 por ciento.

Sin embargo, si se compara en términos interanuales, la brecha de género creció en el segundo trimestre de 2019, ya que en igual periodo de 2018 ésta era de 13,6 puntos. La tasa de empleo se ubicaba entonces en 50,7 por ciento; entre las trabajadoras, en tanto, se posicionaba en 44,4 puntos, y entre los varones, en 58 por ciento.

A nivel regional, la brecha de género es incluso mayor, notándose principalmente en Formosa y Posadas. En el primer aglomerado mencionado la diferencia fue de 25,4 por ciento en el segundo trimestre del año. Sucede que la tasa de empleo entre las mujeres es de 31,6 por ciento, mientras que entre los varones es de 57 puntos.

En Posadas la tasa de empleo fue de 55,9 por ciento, la más alta de la región. Sin embargo, esto no implicó una distribución equitativa  de acceso al mercado laboral desde una visión de género. Entre las mujeres la tasa de empleo fue de 47,6 por ciento; entre los hombres, de 65,7 puntos. La brecha es de 18,1 por ciento.

En el Gran Resistencia, en tanto, la diferencia fue de 15,9 puntos. La tasa de empleo entre las trabajadoras fue de 36,1 por ciento, frente a 52 puntos de los trabajadores, de acuerdo con la reciente estadística difundida por el Indec.

Techos y paredes de cristal

Según un informe de la Secretaría de Trabajo de la Nación, “la estructura ocupacional del país reproduce la división sexual del trabajo tradicional, en la cual tanto el trabajo en casas particulares (donde la presencia femenina es prácticamente excluyente), como la enseñanza (donde tres de cada cuatro ocupados son mujeres) y los servicios sociales y de salud (con una presencia femenina de dos cada tres ocupados), son actividades claramente feminizadas. Sectores estos en los que las mujeres extienden en el espacio extradoméstico los roles reproductivos y de cuidado, tradicionalmente asignados a ellas”.

A la vez, marca que puede haber discriminación que involucre “una demanda ocupacional diferenciada de hombres y mujeres, esto es, segregación ocupacional, o bien afectar puntualmente los niveles salariales, expresándose en brechas salariales. La segregación, a su vez, puede ser de carácter horizontal”, conocida como “paredes de cristal”, o bien de forma vertical, “que se presenta en los niveles de jerarquía”, denominada “techo de cristal”.