Viernes 26de Abril de 2024CORRIENTES35°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$854,0

Dolar Venta:$894,0

Viernes 26de Abril de 2024CORRIENTES35°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$854,0

Dolar Venta:$894,0

/Ellitoral.com.ar/ Cultura

Andar la vida

Cuesta imaginar que la “tarea” encomendada, la vida, no se pronuncie con frases que son premios y castigos. Ejemplos para ser tenidos en cuenta, aprender y emplearlos conforme las actitudes.

Por Adalberto Balduino

Especial para El Litoral

En su ajetreo de andar el hombre va dejando jirones de vida, que son “fotos” de las cosas que supieron ser y las de las otras: las fallidas de autor propio por no saber cómo transitar, conducirse. Pequeños grandes accidentes que dada la gravedad, van enseñando en actitudes, en voces que producen frases que trascienden, perpetúan marcando el juego. Ese arte de vida eterna que representa el cúmulo de historias, que más que anécdotas son enseñanzas que jamás se pierden.

Es el registro de esas frases que se convierten en vestigios del derrotero que el mundo conlleva, permitiendo advertir que la inteligencia de los hechos no se cansa de producir ejemplos claros, aleccionadores.

Quino, ese dibujante argentino dueño de una filosofía excelente que se ha permitido poner en labios de “Mafalda”, su personaje, frases que han sido joyas porque develan una verdad tan cierta que la vida colecciona como preciado tesoro: “En la vida hay personas que no dejan de sorprender...y hay otras que no dejan de decepcionar.” La decepción porque los malos ejemplos nos superan, producen grandes depresiones, porque vemos, asistimos en cada orden todo lo opuesto. Los políticos por su arte de hablar, hablar y hablar casi siempre sin sentido, de vez en cuando producen el acierto que sus palabras se transforman en sentencias, como cuando Grabois a la espera de soluciones “mágicas” del nuevo gobierno, dijo al voleo pero certero cuando la espera se prolonga: “Hay mecha corta. No hay margen para nuevas decepciones.” Es decir, no hay tiempo, se acaba la incertidumbre de vivir ilusionados de planes en planes. O, aquel que dijo sin error alguno, por el contrario con la certeza mortal del peligro silente que el hombre se desempeña por su amor desmedido por el poder: “Los dictadores nunca saben irse.” Es que la equívoca conclusión de ser un buen gestor no da vía libre para ocupar y “reinar” más allá de los términos acordados por la Constitución, lo que aunque parezca mentira los convierte en aprendices de dictadores como algunos han logrado brillar en el cielo de Latinoamérica.

El desamor que es la otra parte del individuo; el precipicio donde se desbarrancan los sueños, las buenas palabras siempre llegan a posteriori de los hechos. Casi siempre a destiempo por un designio inexorable de la vida que parece animarse después de acontecido, como una sentencia por nuestras culpas, pero más que nada como un responso alentador para manejarnos en lo sucesivo. Alberto Cortez no sólo cantaba bien, sino que sus palabras tenían calor y ardían de afecto, buscando siempre que la vida nos sea benigna, dijo: “El desamor tiene las suficientes variedades como para entrenarse en el análisis y en la redacción”, refiriéndose al desamor en sí pero también a la elocuencia poética que enriquece la canción. “Pero incluso en ello hay casos que se tienen que hacer con cierto grado en consecuencia.” La vida es la fuente de donde bebemos para lograr el cierto equilibrio, que nos permita vivir en armonía con los otros. Es un largo camino repleto de enseñanzas, donde la mirada se presta debe corregir permanentemente su curso para mantener la buena marcha, regulando, teniendo en cuenta la gran empresa de la existencia. Sin embargo a veces la decepción porque las cosas no se dan, altera los nervios, rompe el equilibrio, y mucha gente estalla en llanto, en bronca, en desaliento. Así le ocurrió a la exitosa cantante francesa-egipcia Dálida, cuando encontraron su cuerpo sin vida y unas palabras escritas: “La vida me es insoportable. Perdónenme.”

Por qué recurro a la vida, porque siempre un nuevo año se anuncia con bombos y platillos, como si por arte de magia todo viene solo. Un nuevo año es el nacimiento de una criatura, con dolores, con angustias, con alegría donde alguien sufre las consecuencias físicas de su advenimiento: la madre. Y aquí va una saludable reflexión que pone en orden las ideas. No existe nada sin sacrificio. Todo es esfuerzo. A los sueños se los hace realidad con empeño, con perseverancia, con trabajo denodado sin aflojes ni renunciamiento. Porque la depresión que engendra impotencia nos lleva a terrenos de arenas movedizas. Es decir, con consecuencias anímicas que retacea lo que nos hemos propuesto para hacer un año mejor. Arturo Jauretche, pensador argentino, preclaro y frontal decía de la depresión y sus consecuencias: “Los pueblos deprimidos no vencen. Nada grande se puede hacer con la tristeza.” La tristeza hasta en el bolero, ese ritmo romántico, tiene protagonismo frecuente porque lo que se ama duele. Los adictos al Bolero no sólo fueron los latinoamericanos sino el mundo entero, porque el romanticismo es el estado natural de los enamorados. El primer bolero escrito y compuesto en el año 1883 en Santiago de Cuba, titulado justamente: “Tristezas”, cuyo autor es el cantante y poeta José Viviano Sánchez, más conocido por “Pepe” Sánchez. Su letra no sólo proclama el amor sino que diagnostica la tristeza como estado de ánimo cuando el desamor ronda la historia: “Tristezas me dan tus penas mujer, / profundo dolor; no dudes de mí. / No hay prueba de amor que deje entrever / cuánto sufro y padezco por ti. / La suerte es adversa conmigo, / no deja en sanar mi pasión, / Un beso me diste un día / lo guardo en el corazón.”

Andar la vida cuesta. Uno se multiplica por aquietar las aguas para llegar a destino, porque el naufragio siempre ronda. Tomar el ejemplo de las cosas que nos suceden es aprender a preservar los sueños. Enríque Santos Discépolo que era llamado “el filósofo del pueblo” por atacar los problemas sociales, decía en sorna que hay dos caminos para emprender en la vida, uno en serio y el otro en broma, tirando por el suelo los principios: “Lo que falta es empacar mucha moneda, / vender el alma, rifar el corazón, / tirar la poca decencia que te queda.../ Plata, plata, plata…plata otra vez…/ Así es posible que morfés todos los días, / tengas amigos, casa, nombre…y lo que quieras vos / El verdadero amor es reina y el dinero es Dios.” / Así lo asevera en su tango “¡Qué va cha ché..!” del año 1926. O, resignado por la mala racha de un amor contrariado, el mismo Discépolo en el año 1928, reafirma el camino del bien como única opción cuando la vida nos atora, expresa en otro tango “Malevaje”: “No me has dejao ni el pucho en la oreja / de aquel pasado malevo y feroz…/ Ya no me queda pa’completar / más que ir a misa e hincarme a rezar./”.  

No esperemos, hagamos. Construyamos dejando de lado la impiedad de recibirlo todo de arriba. Aunque repetitivo, recordar frases célebres suele ser de gran ayuda para un país difícil como el nuestro,  de gente acostumbrada al ocio desmedido, aguardando siempre todo del Estado. Memorizar cuando el Presidente John Fitzgerald Kennedy en su alocución preguntó: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país.” Andar la vida no es un paseo, es la misión, el cometido, la tarea.

¿Te gustó la nota?

Ocurrió un error