Llevarse bien con uno mismo
Por Bernardo Stamateas
Colaboración Especial
¿Qué ocurre cuando alguien solo es capaz de ver su potencial?
Se transforma en una persona omnipotente. Ver solamente nuestras virtudes hace que estas se agranden y surja un “personaje” que cree que todo lo puede. Pero la realidad es que nadie lo puede todo. Se trata de una visión distorsionada que no nos permite conectar con nuestro verdadero ser. Esto son algunos de los personajes que surgen:
l El orgulloso: no admite sus errores.
l El superpoderoso: no delega ni trabaja en equipo.
l El perfeccionista: nunca se relaja ni se felicita por sus logros.
l El bombero: jamás se mantiene al margen de los problemas ajenos.
l El rey mago: da a otros todo el tiempo, pero nunca se abre para recibir.
Si bien muchas veces confundimos estas actitudes como propias de una buena persona, en realidad, estamos frente a una omnipotencia camuflada de bondad.
¿Qué ocurre cuando alguien solo es capaz de ver su debilidad?
Se transforma en una persona impotente. Este el otro extremo y consiste en concentrarse únicamente en lo negativo que todos tenemos. Aquí aparecen algunos de estos personajes:
l El envidioso: cree que el otro es mejor que él.
l El mendigo: vive quejándose por todo y pidiendo.
l El inseguro: vive dudando permanentemente.
l El felpudo: se deja pisotear por todos.
Cuando solo tenemos una visión parcial de nosotros mismos, aparece alguno de estos personajes. Pero cuando nos convertimos en nuestros mejores amigos y vemos el cuadro completo, podemos activarnos, crecer y avanzar en la vida.
Te invito a considerar tres acciones para tener una buena estima:
1. Aceptar mi totalidad
Esto significa comprender que hago algunas cosas bien, hago algunas cosas más o menos bien y hago algunas cosas mal. Muchos se torturan por sus equivocaciones, sin enfocarse en lo positivo que hay en ellos. Solo cuando nos aceptamos en nuestra totalidad, somos conscientes de que a veces podemos ganar, a veces podemos empatar y a veces podemos perder. Esto es así porque todos los seres humanos, por igual, tenemos virtudes y defectos.
2. Aceptar cada una de mis partes
Cuando me veo tal cual soy, ya no necesito que nadie me aplauda ni me valide. Entonces podemos celebrar lo que hacemos bien y corregir lo que hacemos mal, sin castigarnos por ello.
3. Aceptar mis errores
Cuando veo mis errores, sin negarlos ni esconderlos, puedo segmentarlos. Jamás deberíamos tratarnos mal ni decir “mi vida es un desastre” por no saber hacer algo bien. Tal vez esa no es el área de nuestro interés. Jamás nos avergoncemos de nuestras debilidades porque son una parte de nosotros. Una buena estima nos hace libres de la gente y, sobre todo, nos permite llevarnos bien con nosotros mismos para luego disfrutar de relaciones interpersonales sanas y productivas.
¿Te gustó la nota?
Ranking
Comentarios