El humorista, actor y cuentista Luis Landriscina lamentó ayer el fallecimiento de su amiga Ramona Galarza. “Paseó el chamamé por el mundo”, dijo en declaraciones a Télam, donde contó también que a las 3 de la madrugada Ramona le había dado el teléfono celular a la empleada que la acompañaba en el Pirovano, pidiéndole que lo llamara a él o a Antonio Tarragó Ros.
“Me desayuné con una mala noticia. Me despertó Antonito (por Antonio Tarragó Ros, gran amigo de Galarza)”, contó ayer Landriscina, quien compartió pantalla tanto en cine como en TV con la artista.
Confesó que “otra mala noticia” que recibió fue que aparentemente la “Novia del Paraná” había querido hablar con él durante la madrugada, y esa conversación, que hubiera sido la despedida, no pudo concretarse.
“Le había dado el teléfono celular a la empleada, que estaba con ella en el Pirovano, pidiéndole que por favor me llame, que quería hablar conmigo o con Antonito por teléfono. La empleada no se animó porque era tarde, eran las tres y pico de la mañana. Y se murió a las 5”, detalló.
Tanto él como Tarragó Ros se quedaron “con la pena de no hablar con ella”: “Porque éramos de hablar frecuentemente, éramos casi los últimos dos familiares del corazón que le quedaban a Ramona”.
A la hora de explicar la importancia de Galarza para la música popular, Landriscina recordó cómo “paseó el chamamé por el mundo” y cómo fue un pilar para difundirlo en el panorama porteño: “Acá lo puso en los salones, porque el chamamé tenía un límite en la sociedad porteña, hasta que Ramona y otros empezaron a darle una dignidad que no le encontraba la gente y que era parte de la identidad de los correntinos”.
El humorista, que en diciembre cumplirá 85 años, contó que, aunque quisieron tentarla para cantar otras músicas, Galarza siempre sintió que su lugar era el del chamamé: “Le ofertaron cantar otros ritmos, y ella: ‘De ninguna manera’. Y ojo que lo hacía muy bien. Pero dijo ‘no, yo salí de Corrientes para cantar la música de Corrientes’”.
(VAE)
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