Hace unos años, un grupo de productores de la zona de Perugorría comenzó un reclamo para que sus campos, que se encuentran dentro del departamento Curuzú Cuatiá, dejen de ser considerados zona de erradicación y pasen a ser zona de control. Después de muchas gestiones, estudios técnicos y hasta la conformación de una Sociedad Rural para poder realizar los reclamos, en mayo de 2019 se aprobó el cambio de estrategia, que además de Perugorría incluyó a los campos del departamento Goya y del Norte del departamento Esquina.
En su oportunidad, muchos productores alertaron sobre el problema de la tristeza bovina, al no tener inmunidad en campos donde históricamente se manejó con baños precaucionales para erradicar el parásito. Cuestión que finalmente se dio, con algunos casos de mortandad denunciados por los mismos ganaderos de esa zona.
Para tratar de contrarrestar los efectos de ese cambio, la Provincia había puesto a disposición de los pequeños productores una vacuna congelada contra la tristeza bovina que se fabrica en un laboratorio chaqueño, con el fin de que la hacienda no sienta el cambio de forma muy brusca. “No hubo muchas aplicaciones de la vacuna, en su momento se informó que, de 30 mil dosis disponibles, se habían aplicado 10 mil”, señaló un dirigente e integrante de la Coprosa.
Si bien se registraron problemas y algunos casos de tristeza –tanto por babesia como por anaplasmosis-, los productores de esa zona se han adecuado al cambio y muchos continúan limpiando sus campos, con algunos contratiempos propios de la transición.
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