“Kun” Agüero se sumó al constante apoyo que recibe una escuela rural de Libertador

El verde de la vegetación predomina en el paisaje de la escuela Nº 769 de Paso Lallana, un área rural de Pueblo Libertador. Y desde que se fundó en 1934, sus cimientos están impregnados de la solidaridad de pobladores pero también de quienes, hace 16 años, se convirtieron en padrinos del establecimiento educativo. A fines del 2020, el futbolista argentino que juega para el Manchester City, Sergio “Kun” Agüero, les envió un obsequio a cada uno de los 100 alumnos y ahora solventa el cerramiento perimetral de una hectárea que le pertenece al colegio. 

Al persistente esfuerzo diario de docentes y alumnos que en varias oportunidades fueron noticia (Ver recuadro), se suman diferentes contribuciones que les permiten seguir creciendo.

“Comenzó como una escuela rancho que funcionaba en un lugar que era prestado por don Manuel Sosa y doña Fausta”, recordó la actual directora del colegio de nivel primario, Sandra Bordón.

Luego, “en 1982, don Olimpo, hijo de la familia Sosa, donó una hectárea para que la escuela se erigiera definitivamente en ese lugar. Cedió la mitad de lo que tenía”, rememoró. Así, el trabajador rural cuyos hijos nacieron en ese terruño, obsequió las tierras donde se realizó un edificio con módulos que hasta la actualidad alberga a la comunidad educativa.

Por no disponer de los recursos para colocar el tejido necesario que delimitara todo el espacio físico, sólo cercaron una parte.

Sin embargo, realizar ese trabajo siempre estaba en la lista de pendientes. Y ahora comenzó a convertirse en realidad gracias al aporte del futbolista argentino que es figura de unos de los clubes de prestigio internacional.

Consultada al respecto, Bordón comentó a El Litoral que el “Kun” “tiene un vínculo de índole laboral con el estudio jurídico Beccar Varela que hace 16 años, a través del proyecto Dar, es padrino de nuestra escuela. Precisamente, ellos le comentaron sobre ese anhelo de nuestra comunidad y así el destacado jugador brindó los recursos necesarios para los trabajos”.

La pandemia de covid-19 y una serie de percances, demoraron las tareas proyectadas para el año pasado.

“Pero ahora ya están colocados los postes y se iniciará la instalación del tejido perimetral”, contó Bordón, quien además acotó: “De igual manera, todos los materiales que se necesitan ya fueron adquiridos y están reservados en el corralón que nos vendió”. 

Buzos especiales

Pero antes de que concluya diciembre del 2020, los alumnos de la escuela de Paso Lallana recibieron un obsequio del futbolista que también fue gestionado por el estudio Beccar Varela. 

“A cada uno le enviaron un buzo y para que el talle fuera el correcto, antes ya nos pidieron que le enviemos la lista de los estudiantes con sus respectivas medidas”, destacó la directora del colegio rural.

Ese regalo se sumó al que unos días antes recibieron del mencionado estudio de Buenos Aires: una canasta navideña.

“El año pasado no pudieron venir por la pandemia, sin embargo, se mantuvieron siempre en contacto”, aseveró Bordón. Tras lo cual rememoró que “en la primera semana de clases del 2020 logramos entregarles a los alumnos los útiles que ellos nos mandaron. Después, además de hacer el nexo con Agüero, ellos nos enviaron un refuerzo alimentario”.

Pero además de esos aportes, la directora de la escuela Nº 769 subrayó que “los chicos tienen educación física, computación, inglés, música y técnica agropecuaria, gracias a que el estudio jurídico Beccar Varela solventa el pago de los docentes para cada una de esas áreas”.

Inclusive, indicó, tienen una sala de computación con máquinas aportadas por el equipo de profesionales de Buenos Aires. A los que, luego también se le sumaron las tablets que les envió el Estado. 

“Ahora estamos sin internet en el colegio, debido a que está con problemas técnicos el dispositivo que está emplazado en el área urbana de Pueblo Libertador y desde donde nos envían la señal”, especificó la docente del colegio rural.

Allí, al igual que en los demás establecimientos correntinos, las clases presenciales son graduales. “Realizamos dos burbujas. Un grupo viene una semana a las aulas y en la siguiente, trabaja con los cuadernillos; e idéntico sistema se aplica con el segundo grupo”.

Bordón precisó en este punto que “brindamos los contenidos a través de la plataforma virtual y también del papel porque no todos cuentan con celulares. Y los que tienen ese equipo, muchas veces no tienen memoria suficiente para descargar los archivos”.

Sin embargo, esas adversidades no mellaron las ganas de enseñar de los docentes ni el deseo de aprender de los alumnos de la escuela que desde 1934 funciona en un paraje de Pueblo Libertador. 

(CC)