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Razones para visitar la costa de Uribe en el País Vasco

Sabemos que viajar es especialmente difícil en este momento. Pero nada impide que podamos conocer lugares cuando se pueda volver a recorrer el mundo. Para los viajeros acá van los bellos rincones que ver en Uribe. Entre los principales motivos para explorarlo, estas son algunas de las mejores. 

En el norte de la península ibérica, a escasos minutos en coche de Bilbao, la comarca de Uribe se abre al viajero en una disposición geográfica que se extiende a lo largo de un par de valles gemelos. Y una franja costera de esas que forjan leyendas marineras y amantes incondicionales a partes iguales. Algo más de 140.000 habitantes pueblan 15 municipios que ofrecen bosques oceánicos, antiguos castillos y palacios. También, una variada gastronomía de nivel mundial. Y hermosas playas, tranquilos pueblos donde mora gente acogedora y un buen número de actividades al aire libre. Por todo esto, y mucho más, Uribe es el destino perfecto para pasar un largo puente o, incluso, algunas semanas. Entre las principales razones para explorarlo, estas son las mejores.

Conocer la historia del 

castillo de Butrón

En el municipio de Gatica, entre una densa arboleda y el tranquilo fluir de las aguas del río Butrón, se levanta una imponente fortaleza que parece haber sido puesta ahí por error. Tal es la rareza – al menos en España – del castillo de Butrón, que se ha convertido en una de las mejores cosas que ver en Uribe.

Para explicar su origen, hay que remontarse a los tiempos medievales. Entonces, los señoríos de esta parte de la península ibérica eran pequeños y lindaban unos con otros. Por ello, no se construían grandes castillos. Sino que se optaba por unas estrechas torres defensivas que también eran residencia señorial.

La de Gatica era una de estas torres, concretamente, la que perteneció al linaje de los Butrón. Con el paso del tiempo y la desaparición de los señoríos, estas moles de piedra cayeron en desuso y se convirtieron en ruinas. Fue así como el arquitecto madrileño Francisco de Cubas y González-Montes – más conocido como marqués de Cubas – encontró la torre de Butrón en la segunda mitad del siglo XIX.

Con suma pericia, el marqués (quien también construyó la madrileña Catedral de la Almudena) levantó un castillo muy parecido a los que se hallan en la región bávara alemana.

Alrededor de sus imponentes murallas – que llegan a alcanzar 4 metros de grosor – las aguas del Butrón forman un embalse que tiene la función de foso protector. Aunque nunca fue utilizado como bastión defensivo, al admirar el castillo de Butrón te da la sensación de que, en cualquier momento, sus almenas se poblarán de arqueros que lanzarán sus saetas a aquellos que osen acercarse a las murallas sin permiso del señor de la fortaleza. Nada más lejos de la realidad. Aquí se organizaron torneos medievales y cenas con espectáculo hasta hace algunos años. Hoy en día busca dueño.

Mientras tanto, puedes pasear, a pie o a caballo, por una zona boscosa de gran interés botánico. Aglomera diversas especies arbóreas, tanto autóctonas como de lejanos países.

Surcar los cielos en parapente

Es cierto que la comarca de Uribe es una tierra bellísima a ras de suelo. Sin embargo, cuando tienes la suerte de admirarla a vista de pájaro, el flechazo en tu corazón de viajero será prácticamente instantáneo. Aunque pueda sonar sencillo, el parapente es un deporte que exige muchas horas de práctica. Pero en Uribe tienes la suerte de contar con empresas como Parapente Sopelana, que comercializa vuelos en tándem con grandes profesionales.

Volar en tándem no tiene mucho secreto. Cuando te lo indican, comienzas a correr por una pendiente descendente hasta que, de pronto, sientes un tirón en la espalda y comienzas a patalear, cual dibujo animado, en el aire. ¡Ya estás volando! Ya solo queda disfrutar de las vistas y de la sensación de ser un pájaro.

Dos de las principales pistas de despegue de Uribe son los acantilados de Sopelana y la cima del monte Jata. La primera te ayuda a disfrutar de un vuelo sobre la preciosa playa de Sopelana – también conocida con el sobrenombre de “La Salvaje” -, el pueblo – que es capital de Uribe – y unos acantilados que son icono de la costa vasca.

En el segundo caso, el despegue se produce a unos 600 metros sobre el nivel del mar. Y el vuelo te lleva a admirar el bosque oceánico que tapiza las laderas del monte Jata, así como los colindantes campos de cultivo, pequeños caseríos y la cercana costa. Si te gustan este tipo de experiencias, el parapente será una de las mejores cosas que hacer en Uribe.

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