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/Ellitoral.com.ar/ Cultura

El taller literario Koeyú festeja sus 35 años junto a las letras

Durante una charla virtual que tendrá lugar hoy a las 20, la referente Adriana Linares hará hincapié en junio como el Mes de las Letras, ya que abarca el Día del Periodista, el Día Nacional del Escritor en homenaje a Leopoldo Lugones, el fallecimiento de Jorge Luis Borges, el Día del Libro y la creación del taller Koeyú.  

El taller literario Koeyú cumple hoy 35 años y para festejar este y otros acontecimientos, la profesora Adriana Linares realizará a las 20 una transmisión en vivo a través de la cuenta de Instagram del CCU (@ccu. unne). En la oportunidad se hará hincapié en junio como el Mes de las Letras, ya que abarca el Día del Periodista, el Día nacional del Escritor en homenaje a Leopoldo Lugones, el fallecimiento de Jorge Luis Borges, el Día del Libro y la creación del taller Koeyú. 

El taller literario Koeyú nació un 18 de junio de 1986, cuatro días después del fallecimiento de Jorge Luis Borges, es decir hace treinta y cinco años. “Surge por las inquietudes de un grupo de intelectuales tales como el escritor Juan José Folguerá, el periodista Darwy Berti, el poeta Jorge Sánchez Aguilar y el escritor Girala Yampey. Según palabras de la profesora Elena Zelada de Fiorio, quien también perteneció al grupo fundador y coordinó el taller desde sus inicios hasta el año 2008, en que se retiró: “Koeyú es el taller más antiguo de la provincia y uno de los primeros en el país”, dijo Adriana Linares en una entrevista realizada por integrantes del Centro Cultural Universitario. 

Contó además que la profesora Elena confirmó que el nombre del taller fue propuesto por Girala Yampey, nacido en Paraguay, y que koeyú, palabra de origen guaraní, no significa tan solo amanecer, sino que designa específicamente el momento exacto en que la oscuridad da paso a luz y se describe en el horizonte una imperceptible línea de luz. Ese momento efímero y poético es el koeyú. “También me contó que, al principio, el taller peregrinó por distintos lugares. El taller funcionó por las calles Pellegrini y San Lorenzo, en el parque Cambá Cuá, en las aulas de la Cultural Inglesa, en la calle Belgrano al 1000, hasta en la terraza de la entonces heladería Italia. Hasta que en 1994 Koeyú encontró su propia casa en las instalaciones de Extensión Universitaria: Córdoba 794, y allí funciona hasta el día de hoy. Es uno de los talleres de CCU”, dijo. 

Adriana consideró también que el taller satisface una necesidad que, en tiempos de incertidumbre, se acrecienta aún más. “Hay muchas razones por las cuales las personas escriben: para algunos es una búsqueda, una forma de autoconocimiento. Para otros tiene que ver con un disfrute estético de las letras, tanto de las obras escritas por autores de renombre, como del acto mismo, de la propia creación escrita. A otras personas, la escritura les produce un estado catártico o terapéutico, y sucede también que hay gente que viene al taller porque teme perder sus recuerdos y quiere atesorarlos escribiendo sobre ellos. Koeyú no tiene exigencias formales, cualquiera puede acceder, en tanto y en cuanto se respete el espacio y a los otros integrantes. Personas de muy diversas edades, ideas y ocupaciones concurren y por tal razón las producciones son muy diversas. Esto, puntualmente, me parece es una de las fortalezas del taller. También puedo decir que creo que es una excelente oferta. Por un costo mínimo, aquel que comparte la obsesión de la palabra puede encontrar un espacio ameno, donde se puede trabajar con gran comodidad y acceder a contenidos de excelencia”, marcó.  

(VAE)

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