Verónica, la esposa del exjefe del cuerpo de bomberos voluntarios que quedó postrado tras sufrir un ACV (accidente cerebrovascular) mientras se encontraba en el cuartel, pidió ayuda para vacunar a su familia contra el coronavirus.
La mujer no solo debe cuidar a Raúl Álvez, el exvoluntario, sino también a sus propios padres: ambos también se encuentran postrados y ella no puede movilizarlos hacia los centros de vacunación habilitados. Según indicó en diálogo con El Litoral, hace más de un año espera que la situación se resuelva. Los cuatro viven en el barrio San Martín de la capital correntina, sobre la calle Vargas Gómez al 2035. Verónica explicó que los agentes del programa de vacunación casa por casa estuvieron varias veces en la zona, pero le dijeron que, para vacunar a los tres adultos a su cargo, debía poseer una autorización del médico de cabecera. “No entiendo, porque se supone que es libre”, se lamentó la mujer.
“A mi mamá y papá no tengo forma de movilizarlos, pero a mi marido no puedo moverlo por su condición”, detalló la mujer y agregó que los tres son de alto riesgo. Ella, en tanto, tiene las dos dosis colocadas y solo le falta un mes para la de refuerzo.
Verónica explicó que los vacunadores le pidieron los datos de los tres para dejarlos asentados, con la promesa de una futura llamada, que no sucedió.
“Hace más de un año me dejan anotado y nada”, sentenció. Incluso, comentó que el jueves pasado se acercó a la casa del intendente Eduardo Tassano, para comentarle el problema. El funcionario la recibió y tomó los datos, pero aún no hay novedades.
“Ojalá, Dios quiera que pueda vacunarlos”, dijo la mujer, que insiste en el call center de forma regular.
“Gente, vacúnese. Hay gente que no quiere y yo sí: necesito vacunar a los tres”, finalizó.
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