Él disfrutaba del fan fest que el gobierno y la municipalidad habían organizado en la playa Arazaty. Los 50 grados de sensación térmica no le importaba, el río cerca y alguna suave brisa mitigaba los nervios del partido definitorio que la selección argentina con Países Bajos. Mientras desaforado gritaba los goles, un policía reconoció sus tatuajes. Tuvo dudas.
Él siguió alentando y gritando. Sobresalía por eso. La policía los escudriñaba desde lejos. Hasta que un intercambio acalorado de insultos con otros bañistas obligó a los efectivos a intervenir. Lo sujetaron y trataron de calmarlo. No hubo caso. Llegaron otros agentes y lo sujetaron por el cuello. Lo sacaron de la playa y lograron identificarlo.
Era Julián H.R de 28 años, que tenía un pedido de detención vigente solicitado por el Tribunal Oral Penal 2.
