Stanovnik precisó que la mayoría de los seminaristas son de origen correntino y que, antes de ingresar al seminario, pasan por un periodo de discernimiento que dura un año y son acompañados por un equipo especializado, que incluye a médicos y psicólogos.
Además, el perfil de los seminaristas no es el mismo que hace 15 años. Indicó que los formadores deben guiar a un postulante que proviene de una cultura juvenil “bombardeada por el individualismo, por la distracción permanente, por ejemplo de la pantalla; tan sexualizada, tan marcada por ‘hacé lo que te gusta’, porque ese es el criterio de la verdad”.
También se enfrentan a un “ataque ideológico” contra la iglesia y que busca “descalificar a los católicos”. “Se necesitan sacerdotes para esa comunidad que no tiene alguien que los acompañe”.
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