Pasa el tiempo y las tensiones se viven no solo dentro de la casa de Gran Hermano, sino también afuera, con los eliminados y con las cuentas pendientes que quedaron sin saldar. Y eso se pudo vivir en la última gala de eliminación, la que confirmó que con el más de 76% de los votos Agustín Guardis quedaba afuera de la nómina. Pero al llegar al estudio para reencontrarse con sus familiares, todo estalló.
El primero conflicto de una noche caliente fue con sus excompañeros, que lo esperaban a un costado del público.
Tomás Holder, justamente el primer eliminado de esta edición, con quien la relación no habría finalizado en buenos términos.
Al momento de apagarse las cámaras tras la gala, ambos casi terminan de la peor manera, ya que Holder intentó acercarse lo máximo posible para confesarle todo lo que de él le molestaba, desde las estrategias de juego hasta su relación con el resto de los participantes.
Sin embargo, no estaba solo, ya que también se encontraba con él a un costado del estudio otra de las eliminadas, Martina.
“El señor tiene que salir”, se escucha decir a un empleado del estudio al momento de querer sacar de allí a Holder, en el instante en que otra persona intenta terciar entre ambos. Los ánimos no bajaban, tal como se puede observar en las imágenes y según la información brindada por la periodista Adriana Bravista a través de su cuenta de twitter, fue tan fuerte la situación vivida que la madre de Agustín se sintió mal de salud.
Otro de los momentos que rápidamente llamó la atención de todos fue cuando “Frodo” salió corriendo al abrazo de sus familiares y allí se observa como si le pusieran algo dentro del pantalón, mientras que una mujer le dice algo al oído. Resta esperar que los actores de esta historia brinden sus declaraciones respecto de lo ocurrido.
El primero en ser salvado de la eliminación fue Marcos, en tanto que luego fueron Julieta y Romina. Así las cosas, el final fue mano a mano entre Agustín y Nacho. “Agustín o Nacho, Nacho o Agustín, uno de ustedes va a abandonar la casa más famosa del mundo”, anunciaba el conductor. Luego de unos minutos, llegó la sentencia: “Por decisión del público, del supremo, quien abandona la casa del juego más apasionante de todos los tiempos es... Agustín”.
Tras la confirmación de Santiago del Moro, llegaría un nuevo incidente, que esta vez tuvo como protagonistas a Thiago y a Alfa, al momento de volver a la casa tras despedir al jugador eliminado. Allí, el joven reprochó con un fuerte tono que el mayor de la casa habría aplaudido al conocerse el resultado de la votación. Sin embargo, Walter lo negó.
“Me pareció irrespetuoso que hayas aplaudido”, sentenció el menor, en tanto que el mayor de la casa solo se limitó a decir “no aplaudí”. Sin embargo, el joven continuó con su discurso, y se mostraba seguro respecto de su queja “sí, aplaudiste, de vuelta lo mismo”.
“Igualmente no estoy esperando tu aceptación o reprobación”, plantó Alfa su parecer, para que luego Thiago asegurara que “me parece irrespetuoso porque ya es la segunda vez que hacés lo mismo”, ante lo que su interlocutor expresó: “¿La semana pasada no estabas pidiendo que yo me vaya?”. El momento de tensión no pasó a mayores, y fue en ese instante en que Thiago se dirigió a la habitación, donde Marcos, el primer salvado de esta gala de eliminación, se encontraba relajado.
Allí, fue cuando Thiago continuó hablando respecto del cruce que había acabado de tener: “Yo fui sincero, no me gusta que le peguen en el piso a la gente y digo las cosas de frente, si a la gente no le gusta mi actitud me tendré que ir”, ante un Marcos en silencio, como aún tratando de digerir que se podría haber ido ese mismo día. Pero Thiago continuaba: “No lo aguanto más a Alfa, pero tengo que convivir. Lo último que vine a hacer es a jugar, vine a conocer gente, disfrutar”.
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