Juntaron $200.000 desde Santa Fe para rescatar caballos heridos de Corrientes

La organización civil S.O.S. Caballos, de la provincia de Santa Fe, inició el viernes pasado una colecta solidaria para rescatar y trasladar animales, ante el colapso del Movimiento Argentino de Protección Animal Corrientes (Mapac). La movida proteccionista fue motivada por Sapukin, un potrillo de cinco meses, liberado de la tracción a sangre tras ser embestido la semana pasada por un vehículo que lo abandonó en plena vía pública capitalina.

Además de ayudar a  Sapukin, que quedó fracturado para amputación, el dinero recolectado servirá para cambiar el destino de un caballo con tumor avanzado en el pene y otro con un sarcoide enorme en su pierna. 

“Estamos analizando quiénes más podrían venir, ya que la anemia infecciosa equina (AIE) es endémica en Corrientes”, aseguraron los proteccionistas. 

Como es usual, al tomar conocimiento del accidente de Sapukin, la Policía de Corrientes se contactó el jueves con integrantes del Mapac, quienes reconocieron no contar con las suficientes herramientas veterinarias ni económicas para curar la afección traumática con hueso expuesto de Sapukin. Inmediatamente, una decena de proteccionistas comenzaron una campaña solidaria, liderada por S.O.S. Caballos. 

“La situación en Mapac Corrientes es crítica. La conocimos durante los incendios, cuando varios de nuestros voluntarios viajaron a ayudar. Tienen muchísimos caballos en necesidad y los casos no dejan de crecer día a día”, advirtieron desde Santa Fe. Agregaron que “la asociación no cuenta con los recursos ni las instalaciones para poder llevar adelante cirugía y postoperatorios o tratamientos de alta complejidad entre otras dificultades. 

Mientras, muchísimos caballos sufren por no poder recibir tratamiento”.

La campaña comenzó el viernes pasado, y para el sábado lograron cubrir el primer objetivo: más de $200.000 en donaciones que facilitarán el traslado de Sapukin y, al menos, otros dos caballos.

Por su parte, referentes del Mapac dijeron que la “importante lesión (de Sapukin) no quiere ser tratada por ningún veterinario, pues consideran que un caballo quebrado debe ser sacrificado porque no puede realizar ningún  trabajo”. 

Lamentaron también que “su afección traumática lo confina a un reducido y limitado espacio. Además su hueso expuesto enfrenta la posibilidad de contaminarse e infectar todo su cuerpo, lo que lo conduciria inexorablemente a una muerte penosa”. 

Celebraron que “los caballos tendrán la oportunidad de ser tratados por manos expertas y que poseen verdadero amor por la causa”.