Construyó un hogar con restos de una iglesia y otras casas: ahora lo alquila

Luego de un laborioso trabajo de varios años, un correntino construyó una casa con restos de iglesias y casas antiguas  en  Santa Ana, y decidió alquilarla. 

Los materiales que utilizó para la construcción eran partes de edificios en proceso de demolición del casco histórico de la ciudad de Corrientes.

Por ejemplo, el hombre usó balaustres de la iglesia San Francisco Solano, un templo y convento franciscano que se construyó en 1638 y lo reconstruyeron en 1861.

Gracias a las recientes obras de remodelación en la iglesia, el correntino Alberto Benicio Rivero Díaz pudo llevarse algunas piezas en desuso para realizar su casa en Santa Ana. El hombre tiene 60 años y es un trabajador retirado de una fuerza armada. 

El Litoral compartió los avances de la obra en diciembre del año pasado, cuando Rivero Díaz publicó una serie de fotografías que mostraban los avances: desde el terreno vacío hace varios años hasta los últimos detalles que agregó, aunque la obra se encuentra en proceso constante.

En diálogo con este diario, el hombre indicó que el proyecto comenzó hace más de ocho años ya que tenía dinero para cambiar el auto, pero el dólar se disparó y no llegó al monto. 

Decidió comprar el terreno en Santa Ana, a modo de inversión.

Ahora el proyecto tomó un giro turístico ya que necesita dinero para instalar una pileta en la casa. Por eso, decidió ponerl en alquiler. Con ese nuevo propósito, el lugar adquirió un nombre particular: La Casita Colonial de Santa Ana.

Su promoción está orientada a la tranquilidad del patio con vegetación autóctona y calles de arena y pasto, “donde lo único que se escucha es el ruido de la diversidad de aves y animales silvestres en contacto con la armonía de la naturaleza. Quienes quieran contactar a Rivero Díaz, pueden hacerlo al teléfono 379-4555139.

Proyecto

A Rivero Díaz siempre le gustaron las antigüedades, pero la iniciativa se concretó debido al elevado precio de los materiales. Ese factor, sumado a su gusto por el reciclado de partes, lo hizo contactarse con un demoledor de apellido Romero e ir en busca de aberturas.

Consiguió dos ventanales y una puerta de entrada, alrededor de las cuales edificó un primer tramo de la casa a paso lento porque “no quería sacar créditos” sino edificar a su ritmo.

“La idea era y es reciclar objetos arquitectónicos de casas en proceso de demolición del casco histórico de la ciudad de Corrientes”, indicó el hombre. Todo tiene potencial para ser utilizado en la construcción de su hogar: aberturas, rejas, sanitarios, mosaicos, calcáreos, balaustres, artefactos eléctricos, tirantes de pinotea, entre otras muchas otras cosas. “Todo es rescatado de lugares de demolición”, explicó Rivero Díaz.

Su búsqueda también lo lleva a otros lugares como chacaritas y negocios de compraventa, donde consigue muebles y objetos de decoración, su parte favorita de todo el proceso.

“Pude construir esta pequeña casita de a poco, con mucho esfuerzo y sin mucha invención. Solo con el producto de mi sacrificio, comprando y vendiendo antigüedades”, expresó Rivero Díaz. El hombre indicó que logró avanzar utilizando su escaso sueldo como retirado de las fuerzas. 

“Aun así pude ir cumpliendo mi sueño: tener un lugar para descansar en mi vejez”, festejó Rivero Díaz.  

Pese a que la casa está terminada, su labor nunca concluye: “Siempre le estoy haciendo algo nuevo”, aseguró.