Atrapan en una isla del Paraná a un hombre que abusó de una anciana

En una isla del río Paraná, cerca de Empedrado, fue localizado un hombre de 32 años que trabajó como embarcadizo y era buscado por la Justicia de Mar del Plata por haber atacado sexualmente a una mujer de 82 años en enero pasado en la zona portuaria, tras lo cual la anciana falleció. Los delitos que se le imputan son abuso sexual y privación ilegítima de la libertad, de acuerdo con un oficio emitido por la Fiscalía de Mar del Plata del doctor Alejandro Pellegrinelli, tras lo cual se diligenció una orden del Juzgado de Instrucción y Correccional de Saladas.

Por ello, efectivos de la comisaría de Empedrado y de la Prefectura Naval Argentina, localizaron y aprehendieron al prófugo que vivía en lo que se conoce como una ranchada en la isla Montenegro, ubicada a la altura del kilómetro 1130, margen izquierda del río Paraná. 

En su poder hallaron un par de escopetas, dos revólveres y una carabina, entre otras armas, pues según afirman, las usaba para proveerse de carne cazando animales silvestres, ya que llevaba una vida en contacto con la naturaleza, donde también consumía pescados del río.

Desde la Policía confirmaron que desde hace varios meses tenían un oficio de localización y búsqueda emitido por la Justicia de Mar del Plata, ya que se sospechaba que esta persona permanecía oculta en la zona. Es por ello que se profundizó la investigación y se obtuvo un dato certero de la localización de este hombre, que ya está en manos de la Justicia bonaerense. 

Caso

La noche del martes 11 de enero, cinco hombres ingresaron a una vivienda, en un pasillo de calle Gaboto al 3200, donde golpearon, encerraron y abusaron sexualmente de una mujer de 82 años. La víctima solicitó ayuda en estado de shock, tras lo cual fue internada en grave estado en una clínica privada. 

Dos días después, el jueves 13, falleció, tras lo cual practicaron una autopsia al cadáver para determinar si hubo acceso carnal y otro tipo de lesiones que podrían haber ocasionado su deceso. Antes de morir, la anciana alcanzó a decir a los investigadores el nombre de uno de los atacantes, que habría sido su propio vecino.

(WA)