Los suicidios superaron a la cantidad de muertes por siniestros viales

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“Si miramos los diarios, vamos a ver que una vez por semana –si no es más– tenemos noticias de alguna persona que se quitó la vida en la provincia, o que lo intentó. Entonces, es un tema grave”, dijo el miércoles la diputada María Alicia Meixner durante la sesión ordinaria, luego de solicitar un informe sanitario sobre suicidios. En tanto que un recuento estadístico nacional reveló que, al inicio de la pandemia de coronavirus, la cantidad de personas que se suicidaron superó al número de muertes por accidentes de tránsito. 

El Ministerio de Seguridad de la Nación publicó este año un informe con las últimas estadísticas disponibles de suicidios en Argentina (2017-2020), de acuerdo con información primaria del Sistema Nacional de Información Criminal (Snic). Allí revelaron que durante el año 2020 se registraron 3171 suicidios en el país. 

Esto arroja una tasa de 7,6 suicidios cada 100.000 habitantes mayores a 5 años. A pesar de la caída en los casos y en la tasa respecto a 2019, en 2020 fue la principal causa de muerte violenta en el país, acumulando el 35,0 % de las muertes violentas. Es decir, la cantidad es incluso mayor a las muertes por accidentes de tránsito (2.978) en ese primer año de la pandemia de coronavirus.

“Como tantos otros temas, cuando no nos toca de cerca, muchas veces no somos conscientes de la importancia que tiene. ¿Cuál es la prevención que se hace desde la provincia? Espero que se nos responda rápido”, agregó Meixner en la Legislatura provincial, en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. 

Distribución territorial

A diferencia de las demás provincias del nordeste argentino, Corrientes es la única en que se registró la caída en la tasa de suicidios al igual que en el promedio nacional. Según el informe del Ministerio de Seguridad de la Nación,se registraron 119 personas que se quitaron la vida durante 2019 y en 2020 fueron 36. 

En cambio, en Chaco aumentó la cantidad, de 90 a 102, en Misiones pasó de 84 a 120 y en Formosa de 64 a 66. 

De este modo, Formosa es la provincia del nordeste con mayor tasa de suicidios cada 100.000 habitantes (12), que es incluso superior a la media nacional (7,6). Mientras que en Corrientes esta tasa es de 3,5; en Chaco 9,3 y en Misiones 10,5. 

Si nos concentramos en el mapa de víctimas de suicidio en relación a la población por departamento, las localidades de Corrientes, Goya, Santo Tomé y Paso de los Libres presentan una tasa inferior a 6,6 (cada 100.000 habitantes). En cambio,otros departamentos se presentan más complicados en el nordeste argentino, con una tasa mayor a 13,4: Libertador General San Martín y Guaraní (Misiones), Formosa y Libertador General San Martín (Chaco). 

Género

Si se analiza la cantidad de víctimas según el sexo registrado (masculino y femenino), es posible determinar que en los últimos cuatro años el79,6 % de los suicidas fueron varones. Este porcentaje se mantuvo estable durante el período analizado (2017-2020).

En su informe, el Ministerio de Seguridad de la Nación hizo hincapié en el porcentaje de suicidios de sexo femenino por jurisdicción. Durante el 2020 en Corrientes fue del 11,1 %, en Chaco del 16,7 %, en Formosa del 31,8 % (porcentaje destacado en el informe como inusual) y en Misiones del 22,5 %. 

Impactos

Las consecuencias de este acto no se limitan a la pérdida de una vida sino que impactan profundamente y durante mucho tiempo en las personas que integran el entorno significativo de la víctima (familia, pares y comunidad). 

Según la OMS, a nivel mundial hay indicios de que por cada adulto que se suicidó hay más de otros 20 que intentaron suicidarse. Conocer y tener en cuenta la morbilidad del fenómeno es un aspecto primordial para desarrollar acciones de prevención del suicidio.

En marzo de este año, el entonces director del Hospital Escuela General José de San Martín de la ciudad de Corrientes, Salvador González Nadal, advirtió que por semana hubo al menos un caso de intento de suicidio. 

De acuerdo con el médico de la capital correntina, los intentos de suicidio están vinculados al “cuadro social, a toda la crisis y la pandemia que se sumó”. “También la situación económica y la perspectiva a futuro que tienen los jóvenes, de no poder pensar que van a poder quedarse a desarrollar su potencial en nuestro país, muchos ven  el exterior como la única manera de realizarse”, lamentó González Nadal.

“Estamos notando que por fin de semana en los registros aparece un intento de quitarse la vida”, dijo el exdirector del Hospital Escuela. También vinculó algunos casos de suicidio con el consumo de drogas: “La frustración lleva a que uno busque una salida en el consumo (de estupefacientes). Es como un círculo vicioso en el que una cosa potencia a la otra”.

Diagnósticos

El suicidio -en tanto conducta que atenta contra la propia vida- no comporta un delito. Sin embargo, constituye uno de los tipos de muerte por causas externas “no naturales” y, por tanto, es parte del campo de interés y preocupación en materia de seguridad al momento de cotejar estos datos con los otros tipos de muertes “no naturales”, como los homicidios dolosos, los homicidios culposos y las muertes en accidentes viales. 

Este relevamiento sobre las características de estos hechos y de las víctimas permite el análisis y brinda insumos para la elaboración de diagnósticos sobre esta problemática.

Si miramos otros datos aportados por el informe del Ministerio de Seguridad de la Nación, los domingos y los lunes fueron los días de semana con mayor frecuencia de casos (31,9 %), más de la mitad de los casos (56,5 %) sucedieron durante horarios diurnos, el lugar más común fue el domicilio particular (78,1 %) y las provincias de Argentina con mayor tasa de hechos consumados por cantidad de habitantes son Salta y Entre Ríos. 

Recomendaciones de prevención

Las siguientes recomendaciones fueron elaboradas por el Ministerio de Seguridad de la Nación:

La representación más extendida sobre el suicidio está asociada a la imagen de un acto individual con un propósito claro. Sin embargo, cada vez más, este evento de la vida humana es considerado en toda su complejidad, tiene un alcance colectivo, como problema sanitario y social. El suicidio es un tema de salud que requiere un abordaje comunitario y responsable.

Es importante saber que la persona que se suicida no desea morir. La persona que tiene ideas suicidas está transitando una situación de ambivalencia en su vida, es decir, desearía morir si su vida continúa de la misma manera.

Se cree que el que dice o amenaza con quitarse la vida, no lo hace. Sin embargo, la mayoría de las personas que se suicidan hicieron saber el propósito de acabar con su vida. Toda persona, antes de cometer un intento de suicidio, manifiesta una serie de señales que de ser detectadas a tiempo, se la puede ayudar.

El suicidio o intento de suicidio puede ocurrir durante un proceso depresivo, o no. Los comportamientos suicidas se han asociado con depresión, abuso de sustancias, esquizofrenia y otros padecimientos mentales, además de comportamientos destructivos y agresivos. Sin embargo, esta asociación no se debe sobrestimar.

No hay una relación directa entre el sufrimiento que padece quien desea terminar con su vida y los padecimientos o enfermedades mentales.

Hablar con una persona sobre sus intenciones de matarse no incrementa la posibilidad de cometer suicidio. Dialogar sobre el tema reduce la posibilidad de cometerlo y puede ser una oportunidad para ayudar a quien está padeciendo.

No debe asociarse el suicidio y el intento de suicidio con acciones de cobardía o valentía, tampoco con hechos románticos o heroicos. La acostumbrada asociación que se realiza desde los medios de comunicación del suicidio con hechos delictivos al anunciarlos en las secciones policiales, debe ser cuestionada.

La tendencia al suicidio no es hereditaria. Lo que sí puede trasmitirse por medio de la educación es la visión sobre el suicidio como una forma de solución a los problemas.

Fenómeno multicausal

La ocurrencia de suicidios, además, provoca perjuicios en la economía doméstica y en la economía de la sociedad, ya que la problemática afecta especialmente a jóvenes y adultos en edad productiva e implica costos a los servicios de salud para el tratamiento del daño físico, psíquico y social.

Respecto a las edades de las víctimas, para el Ministerio de Seguridad de la Nación es posible observar que, tanto en 2019 como en 2020, las franjas etarias con mayor frecuencia fueron de 20 a 24 años, de 25 a 29 años y de 15 a 19 años.

Si se considera el suicidio como un fenómeno multicausal en el que intervienen factores de orden individual, familiar, social y comunitario, es un error considerarlo una problemática del ámbito privado de las personas, un mero acto individual. En este sentido, es importante entender que sus causas no se limitan solo a factores psicopatológicos o padecimientos mentales. 

Así es que la OMS afirma: “Ningún factor es suficiente para explicar por qué se suicida una persona. El comportamiento suicida es un fenómeno complejo que se ve afectado por varios factores interrelacionados: personales, sociales, psicológicos, culturales, biológicos y ambientales”.

Algunos de esos factores de riesgo son, por ejemplo, las dificultades para obtener acceso a la atención de salud y recibir la asistencia necesaria, la fácil disponibilidad de medios utilizables para el suicidio, el sensacionalismo de los medios de difusión que aumenta el riesgo de imitación, la estigmatización de quienes buscan ayuda por comportamientos suicidas, la discriminación, el sentido de aislamiento, el abuso, la violencia y relaciones conflictivas, entre otros.