Se registró un caso de depredación entre dos especies extintas que fueron reintroducidas en el Iberá. El hecho sucedió entre un yaguareté y un venado de las Pampas, animales que habían desaparecido del hábitat.
El mayor félido (familia de mamíferos carnívoros de hocico corto) de América se extinguió en el Iberá hace más de 70 años y lo mismo había ocurrido con su presa pero hace 40 años. La acción del hombre redujo drásticamente sus poblaciones y dejaron de coexistir.
Al perder un depredador tope y un gran herbívoro se pierden también las interacciones ecológicas de las que formaban parte y que resultan claves para la salud y funcionamiento de los ecosistemas.
Aunque los yaguaretés de Iberá se alimentan mayormente de carpinchos y cerdos cimarrones, desde la organización Rewilding Argentina ya se registraron dos eventos de depredación de venado de las pampas.
La reintroducción de ambas especies en Iberá a través del Rewilding permitió que vuelvan a compartir territorio en Argentina y recuperar las interacciones de las que formaban parte.
Según las imágenes tomadas por el fotógrafo Matías Rebak, se puede observar a Jatobazinho y Mariua cazando a su presa.
“Hoy Iberá es el único lugar del país donde esto sucede, pero trabajamos para que no sea el único. Iberá está recuperando a su depredador tope, a uno de sus grandes herbívoros y a interacciones ecológicas clave. Iberá es cada vez más completo, funcional y bello” destacan los responsables de Rewilding Argentina.
En 2015 comenzó a funcionar el Centro de Reintroducción del Yaguareté que tiene el gran objetivo de devolver al Iberá su depredador tope.
Siete años después, son 10 los yaguaretés que viven totalmente libres en el Parque.
En el caso del venado de las pampas en la provincia de Corrientes desde el año 2007 se vienen desarrollando actividades destinadas a recuperar las poblaciones de esta especie.
Actualmente, la población de venados de las Pampas en el Iberá es la mayor población de esta especie dentro de un área protegida.
En mayo pasado, un grupo de personas que recorrió se encontraron en una visita guiada por el Iberá con un Malú una yaguareté que se acercó a comer en el gran corral al aire libre donde estaba encerrada.
“Tuvimos muchísima suerte, del lado de afuera del alambrado se encontraba Porá, otra yaguareté que, sorprendentemente, había ido a visitarla.
A tan solo 10 metros teníamos al magnífico animal, de unos 90 kilos, con su hermosa piel amarilla, negra y blanca”, comentó uno de ellos.
“Minutos antes, nos habían explicado que si nos encontrábamos con uno de estos felinos en libertad, debíamos quedarnos quietos y jamás darle la espalda y escapar corriendo”, dijo.
Histórico
En mayo de este año, un hecho histórico para la conservación del yaguareté en Corrientes: nacieron Arandú y Jasy, los primeros cachorros concebidos y nacidos en total libertad en el Iberá, luego de más de 70 años de extinción en la zona.
Estos pequeños depredadores tope siguen creciendo bajo el cuidado de su madre, Aramí, y la protección que les proporcionan las cientos de miles de hectáreas del Gran Parque Iberá.
Luego de 10 años de trabajo en la reintroducción del gran felino americano, el nacimiento de yaguaretés en total libertad es un hecho esperanzador.
Se estima que quedan solo 250 yaguaretés en Argentina, por lo que la existencia de proyectos de recuperación de poblaciones como el que llevamos adelante en Iberá junto con el Gobierno de Corrientes, el Proyecto Yaguareté (Ceiba-Conicet) y la colaboración de numerosas instituciones de nuestro país, Paraguay, Brasil y Uruguay, resultan indispensables.
Con Arandú y Jasy, eran en ese momento, 10 yaguaretés libres en el Iberá.
