El presidente francés, Emmanuel Macron, que atraviesa severas protestas en contra por la reforma jubilatoria que aplicó, hará la próxima semana una visita a China en la que advertirá a su par Xi Jinping de las consecuencias que podría tener una eventual “decisión desastrosa” de apoyar militarmente a Rusia en su ofensiva en Ucrania, se informó ayer oficialmente.
“Si China toma esta decisión desastrosa, habrá un importante efecto estratégico en el conflicto”, advirtió ante la prensa un consejero del mandatario, que estará en Beijing desde el próximo miércoles al viernes, una semana antes de la visita del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
“Nosotros queremos evitar lo peor y por ello tenemos que comprometernos con ellos y presentarles nuestra posición”, agregó la fuente, que precisó que Francia busca un “camino a mediano plazo para encontrar una salida al conflicto”.
Según la presidencia francesa, este diálogo es trascendental, sobre todo porque “China es el único país del mundo que puede conseguir un impacto inmediato y radical en el conflicto, en una dirección o en la otra”. Macron, aún con París en llamas por las manifestaciones antireforma jubilatoria, intentará relanzar la relación tras un largo período sin contactos personales por la pandemia, más allá de una reunión en noviembre en Indonesia, y le sigue a la de otros dirigentes europeos, como el alemán Olaf Scholz y el español Pedro Sánchez.
París estima que China es un país “ineludible” en muchos retos mundiales, como la lucha contra el cambio climático, pero muy especialmente en su rol en el conflicto en Ucrania, ya que “es un actor que puede cambiar el curso de la guerra”, consignó la agencia de noticias AFP.
En febrero último, China elaboró doce puntos para una resolución política de la situación bélica, que reclama diálogo y defiende la integridad territorial.
Francia espera que Xi ejerza su “influencia” para empujar a Vladimir Putin, hacia una salida negociada.
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