Arquitecto Ramón Gutiérrez
Director del Cedodal
Especial para El Litoral
Hace exactamente 50 años que, en el Departamento de Historia de la Arquitectura de la Facultad de Ingeniería, Vivienda y Planeamiento de la Unne, se editó el primer número de la Revista “Documentos de Arquitectura Nacional” (DAN). Ella fue creada por los arquitectos Ricardo J. Alexander, Graciela María Viñuales y quien escribe, como expresión de un cambio central en los contenidos de la enseñanza y en el fomento de la investigación en las universidades nacionales.
El cambio en la docencia expresaba la incorporación de la arquitectura argentina a los contenidos pedagógicos, lo que implicaba la investigación regional con la generación de bibliografía referente al interior del país. Los responsables del proyecto, que residíamos en Resistencia, procedíamos de la Universidad de Buenos Aires donde habíamos colaborado con el arquitecto Mario Buschiazzo. Allí, desde 1947, se venían publicando los “Anales” del Instituto de Arte Americano que Buschiazzo creara. Cuando él fallece en 1970, solo se editó un número que había dejado preparado, ya que su reemplazante no logró editar nunca más los “Anales” aunque duró en ese cargo hasta 1984.
En 1967, en Resistencia, logramos dictar el primer curso de Arquitectura y Urbanismo en la Argentina, el cual con el cambio de Plan de Estudios de 1969, se formalizó como una cátedra estable. Esto fue acompañado por la creación de los Departamentos de Historia de la Arquitectura, de Patrimonio y de Ciencias del Entorno de la Arquitectura con una mirada renovadora.
Entre otras acciones, los trabajos de campo e inventarios fueron acompañados por viajes de estudio en el noroeste y el litoral, además de los propios en territorio chaqueño, correntino y de las misiones jesuíticas, dando origen a múltiples libros y artículos.
En la edición del primer número de DAN en 1973, en gran medida nos ayudó la colaboración de Juan Moro, quien dirigía la Imprenta Universitaria que habíamos creado en 1967 en el Departamento de Extensión Universitaria. Para facilitar la reproducción de planos y fotografías elegimos un formato grande (26 x 35 cm) y solicitamos trabajos a distintos profesores sobre variados temas. Allí publicamos por primera vez un notable artículo de Alberto de Paula sobre la arquitectura y el planeamiento en las Malvinas, acompañado por otras notas sobre Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Catamarca, Tucumán y Jujuy mostrando así el carácter federal y la apertura de una revista que nacía en el interior del país.
Afianzado el espíritu de continuar con un número anual, la revista se convirtió en su cuarto número de 1975 en “Documentos de Arquitectura Nacional y Americana” (Dana).
Entonces se ampliaron los contenidos docentes y las investigaciones a Bolivia, Paraguay y Uruguay. En estos años decenas de nuevos corresponsales de diversos países americanos y de España nos colaboraban, mientras se generaba una transformación en las revistas comerciales de arquitectura que incluían nuevos temas de historia y crítica sobre nuestro patrimonio.
El entusiasmo por la revista llevó a integrar junto a los informes de tareas realizadas en la Unne y la bibliografía que se venía editando en Argentina, nuevas secciones como “La nota y el comentario” sobre artículos periodísticos, y las “Necrológicas arquitectónicas” sobre obras valiosas demolidas, las que por su reiteración nos llevaron a crear el “Premio Atila” a quienes hicieran daño al patrimonio arquitectónico o urbano en nuestro continente. Este premio, caracterizado por el humor y la ironía, alcanzó tal difusión que fue adoptado por periódicos de Colombia y por redes sociales en diversos lugares.
En el número 20, Dana redujo su tamaño y por razones económicas y de distribución, comenzó a imprimirse en Buenos Aires, pues ya habíamos integrado la revista al Instituto Argentino de Investigaciones de Historia de la Arquitectura y Urbanismo que formamos en 1978 para posibilitar, en aquellos tiempos difíciles, la reunión con quienes quedaban excluidos de las Universidades.
Dana fue entonces la expresión de los trabajos de los equipos del Nordeste, Noroeste, Córdoba, Litoral, Buenos Aires y Mar del Plata movilizando Jornadas de investigación, Congresos de Patrimonio y Cursos de posgrado en las universidades. El resultado fue la creación de cátedras de arquitectura argentina y americana en la mayoría de las universidades del país y la concreción de más de 50 libros editados por los equipos del Instituto. En 1986, desde la Comisión Nacional de Monumentos, los miembros del Instituto declaramos la protección del Centro Histórico de Corrientes y los primeros monumentos nacionales que tuvieron el Chaco (Nueva Pompeya) y Formosa (Laishí y Tacaaglé) sustentados en trabajos publicados en la revista.
En el año 2013, al cumplir los 40 años, Dana editó en papel el número 43 de la revista cerrando así un ciclo. Cabe pues recordar una trayectoria que, desde el Nordeste, impulsó la valoración de un importante patrimonio cultural de nuestro país.
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