Mauricio Macri sigue con su objetivo de reordenar el PRO, partido que fundó hace más de 20 años, y se prepara para convertirse en presidente de esa institución a partir de marzo. Mientras, ya actúa como jefe del espacio con una serie de actividades políticas que lo ponen en el centro de la escena. Volvió el lunes de Cumelén, el refugio donde veranea todos los años en la Patagonia, y desplegó su agenda en una multiplicidad de reuniones. Entre hoy y mañana destinará parte del tiempo para conversar con los gobernadores de lo que fue Juntos por el Cambio (JxC).
Vio el martes a Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y el referente amarillo con mayor peso territorial: se impuso en la PASO de su distrito y logró retener la administración del distrito clave para el PRO. El ex presidente conversó con su primo ayer en el marco de un cónclave con una mesa política de dirigentes porteños y bonaerenses. Participaron también Cristian Ritondo, jefe del bloque de Diputados, Diego Santilli, diputado nacional, Soledad Martínez, intendenta de Vicente López, Guillermo Montenegro, intendente de Mar del Plata y Néstor Grindetti, jefe de Gabinete de la Ciudad. Estuvo también Fernando De Andreis, dirigente de íntima confianza del ex mandatario.
Macri trabaja instalado en su despacho de Avenida Del Libertador, en Vicente López. Juega siempre de local y hace desfilar a actores políticos diversos por sus oficinas. Escucha, pide opiniones, da sugerencias y busca incidir. Se mueve para legitimar su liderazgo en el PRO y monopoliza la interlocución de su partido con el Gobierno, reportó ayer el sitio Infobae.
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