Pueblos mágicos de Perú

Laraos: está ubicado en la sierra limeña, a ocho horas de la capital en auto. Su nombre significa en quechua “manantiales con piedras enormes”. Es que está rodeado de fascinantes valles, cañones, montañas y cascadas. Los amantes de la naturaleza encontrarán allí vastos senderos para caminatas, mientras exploran la biodiversidad. Una parada imprescindible es la laguna estacional de Cochapampa, de aguas color verde esmeralda, el hogar de truchas y aves silvestres. Además de su extraordinaria belleza, es de suma importancia para el pueblo porque permite regar las andenerías, construcciones a modo de escalones amplios que se trabajan en las montañas para la agricultura orgánica. El turista puede participar de la actividad con la comunidad en esos andenes, utilizando la chaquitaclla, una herramienta que sirve para preparar el terreno que se va a cultivar.

Maras: es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza y aquellos que buscan experiencias únicas en el corazón de los Andes peruanos. Rodeado de montañas, valles fértiles y nevados, se encuentra a 48 km al noroeste de la ciudad del Cusco. Uno de sus principales atractivos son las salineras, que se formaron mediante un proceso natural y fueron usadas desde la época de los incas. Hoy, sus miles de pozas regalan una de las impresionantes vistas de la región.  Asimismo, el turista puede conocer los andenes circulares de Moray, un centro de experimentación agrícola de los incas. Cada círculo posee un microclima particular, que beneficia diferentes cultivos, entre ellos los de papa y quinua. Inspirados por el entorno, los cocineros peruanos Virgilio Martínez y Pía León abrieron su restaurante de alta cocina Mil, considerado la mejor experiencia gastronómica del mundo en los World Culinary Award en 2023.

Huancaya: hermosa localidad de la sierra limeña, a ocho horas de la capital. Se encuentra rodeada de montañas y paisajes naturales impresionantes, ideal para los viajeros que quieran alejarse del bullicio de la ciudad. Pueden disfrutar de paseos en bote en la tranquila laguna Huallhua. En este paraje natural, se ve el agua color verde esmeralda y cascadas que invitan a la aventura. Los platos a base de trucha fresca son especialmente populares en este pueblo. No querrán perder la oportunidad de probar la trucha a la parrilla o el ceviche de trucha.

Chavín de Huántar: entre las magníficas montañas de la Cordillera Blanca, se encuentra este pueblo, que alberga el Monumento Arqueológico de Chavín, declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1985. El complejo —construido por la civilización Chavín, una de las culturas más importantes y antiguas de los Andes centrales— incluye templos, plazas y galerías subterráneas con esculturas de piedra tallada como las cabezas clavas o el Lanzón. Durante los feriados se realiza el Chavín de Noche, en el que se ilumina el monumento. En esta actividad se presentan danzas típicas así como la escenificación de rituales. Cerca del recinto se encuentra un museo que alberga la colección de esculturas y objetos ceremoniales encontrados en el complejo.

Pozuzo: durante el siglo XIX, inmigrantes austroalemanes llegaron a la selva central del Perú, originando una de las transformaciones culturales más extraordinarias de este país. Su gastronomía combina influencias alemanas y amazónicas, con platos únicos como el jamoncillo (un tipo de embutido), el shtrukala (un postre que se elabora con masa elástica y mermelada de plátano) y la sopa de pelotas (un caldo de gallina acompañado de porciones de arroz en forma esférica). Rodeado de una exuberante vegetación amazónica y paisajes montañosos, este destino ofrece una variedad de actividades al aire libre, como caminatas, observación de aves, paseos en bote y visitas a pozas de agua y sal. El Parque Nacional Yanachaga-Chemillén es una parada obligatoria para los amantes de la naturaleza. Fue creado en 1986 para proteger a especies en peligro de extinción como el lagarto blanco, el jaguar, el mono choro, el puma y el oso de anteojos.