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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

La clase media en problemas

Si el Gobierno del presidente Mauricio Macri no tuerce el rumbo de su política económica, la clase media, orgullo distintivo de Argentina, va camino a su extinción. Insólitamente, el macrismo y el cristinismo fogonean la grieta, cada vez más ancha y profunda. A los dos les conviene para tratar de ocultar sus grandes yerros.

Por María Herminia Grande (*)

(*) Nota publicada en infobae.com

Argentina devora, deglute todo tema que se instala. El ahorismo es la columna vertebral con noticias que se instalan y mueren ante el nacimiento de otras. Esto es lógico en la vida de los diarios, es complicado cuando pasa lo mismo en la vida de los gobiernos.

El lunes se conoció el pedido de procesamiento de parte del juez Claudio Bonadio para con la ex presidenta Cristina Kirchner por asociación ilícita. La resolución alcanza a otros ex funcionarios y empresarios. El pedido de desafuero ya está en el Senado. A hoy los votos no permitirían concretarlo.

Si el Gobierno del presidente Mauricio Macri no tuerce el rumbo de su política económica -por de pronto pareciese que esto no va a ocurrir-, la clase media, orgullo distintivo de Argentina, va camino a su extinción. La síntesis de esta metamorfosis es “M'hijo el Dotor” a “Mi padre el empobrecido”. La presión tributaria, tarifaria, la inflación, la baja de los salarios, el aumento de la desocupación, la disminución de la producción, el aumento de la economía en negro, lo están haciendo una realidad.

El Gobierno apuesta su sostenimiento y su recuperación política al presupuesto. Hasta ahora parece una expresión cortoplacista, genérica y lo allí planteado clave, como el déficit cero, no está acompañado de un plan económico integral. Tampoco queda claro cómo se reparten los costos del recorte de 400 mil millones de pesos (300 mil millones, nación y 100 mil millones, provincias). 

Sí queda claro que, ante un recorte tan brutal, ni las provincias y mucho menos los municipios podrán afrontarlo.

El aumento anunciado para la ayuda social del 32% al 35% es licuación efecto de la inflación. Para ser más claro, el 76% del presupuesto corresponde a seguridad social: planes sociales, jubilaciones y pensiones, salud, educación. Por lo tanto es imposible que no impacte el recorte mencionado en lo social.

En medio de este estancamiento que ya lleva 11 años, no se puede esperar la resolución de ninguno de los grandes temas pendientes. Nada lleva a pensar que existe la posibilidad de un freno que evite la agudización del deterioro, de allí que el camino de achicamiento de la clase media es inevitable. Hoy lo que crece es el problema social empujado por los yerros económicos. La política aparece atrás, desorientada, hasta a veces mostrándose poco interesada en ocuparse y doblegar sus falencias.

El Gobierno anterior dejó un país estancado y con inflación. En estos tres años el actual Gobierno profundizó lo anterior y le agregó el endeudamiento. Insólitamente, el macrismo y el cristinismo fogonean la grieta, cada vez más ancha y profunda. A los dos les conviene para tratar de ocultar sus grandes yerros. ¿Podrá la ciudadanía surfear esta macabra encerrona? ¿Podrá la política generar una alternativa?

El doctor Gerardo della Paolera me decía: “Argentina entró a boxes (FMI) y no se sabe cómo saldrá de allí”. En el libro de reciente aparición junto al doctor Cortés Conde, se refleja la conducta de los argentinos desde el principio de sus tiempos. Los ciudadanos se han defendido atesorando oro, libras esterlinas, dólar que desaparece con la depresión del 30. Vuelve con Frondizi y se latinoamericaniza en los 60-70.

 Esta conducta sigue hasta hoy, los argentinos que pueden se resguardan en dólares, el Gobierno no lo quiere reconocer.

Se debe entender que, impensadamente como siempre ocurre, la muerte apareció, llevándose a un peronista sereno, dialoguista y siempre dispuesto a jugar lo que nunca logró: la presidencia de su país. José Manuel de la Sota tenía una serenidad que solía descolocar a otros. El mejor homenaje póstumo, si el peronismo así lo desea, sería consolidar un proyecto nacional que incluya como preámbulo la autocrítica tan necesaria por sus desviaciones y sus responsabilidades.

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