Corría el año 1856... y se ponía en circulación y a la venta en la provincia de Corrientes el primer sello postal del país. Era Corrientes la provincia que inauguraba la estampilla y presentaba la siguiente característica: de color oscuro, confeccionada en papel barrilete y llevaba impreso un valor de “un real moneda corriente”. El grabado representa a la diosa Ceres, patrona de la abundancia. Pablo Emilio Coni, un librero francés que dirigía por entonces la imprenta del Estado, entusiasmó al gobernador Pujol con la idea y el mandatario impulsó una ley que la Legislatura sancionó el 22 de febrero de 1856.
En 1840 circuló el primer sello postal en Inglaterra, en 1843 en Brasil, luego en Chile en 1853, y sería en Corrientes donde nacería la primera estampilla argentina, en 1856. Por entonces, José María Aguilar estaba a cargo de la Administración Provincial de Correos y era el encargado de la recaudación por la venta de estampillas, cuyo valor era de un real moneda corriente. Con su producido se ayudaría al mantenimiento del servicio de postas. Dos años más tarde, la Provincia de Buenos Aires ponía en circulación el 28 de abril la serie de cuatro valores conocidos como “barquitos”. Recién en 1862, obtenida la unidad nacional, aparecían las series de la República Argentina, del tipo denominado “escuditos”.
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