Un empresario vinculado con la comercialización de suplementos deportivos fue detenido ayer en Rosario, acusado de contratar a un sicario para matar a su socio comercial. El crimen debía ser cometido el lunes, pero una intervención telefónica sobre el hombre que iba a encargarse del ataque permitió proteger a la víctima y evitar que se concretara el asesinato.
El sicario había recibido una promesa remuneratoria para hacer el trabajo: los investigadores creen que le ofrecieron 500 mil pesos. La caída del plan se debió a que el hombre que iba a encargarse de cometer el crimen tenía su teléfono intervenido.
La Justicia seguía sus pasos porque cree que puede tratarse del autor del asesinato de Marcelo “Fino” Ocampo, un hombre que fue condenado por integrar la banda de un pesado del delito local y que fue ejecutado en Rosario mediados de abril.
El empresario que se dedica a la comercialización de productos y suplementos deportivos habría mantenido una discusión con su socio, de la que no se revelaron detalles. Esa pelea, creen los investigadores, lo habría llevado a planificar el homicidio. Se presume que lo contactaron con alguien detenido en una cárcel, quien le marcó la persona que podía realizar el trabajo.
(EN)
