Hace falta un estudio muy profundo y multidisciplinario para hallar una respuesta al objetivo que persigue el Gobierno nacional al entrar en una controversia nada menos que con un reality show de la TV?
La política medra en el contenido sin profundidad de una industria que factura por la atención de un público tan grande como el electorado. Quizá haya que comenzar a analizar por ahí. Pero, también la política, desde otra mirada intenta salvarse de ese subterfugio que expone y mete a algunos en una discusión que es atravesada por el rating más que por las políticas de Estado.
La oposición hizo un intento, descargando furiosas críticas a la Casa Rosada por involucrarse en semejante frivolidad.
Desde una mirada semejante, el analista Ignacio Miri repasó ayer una agenda de temas tan calientes como la pantalla del show de TV y que hablan, esta vez en serio, de los problemas de la gente.
Con meridiana claridad, el columnista firmó en Clarín un artículo titulado “El Presupuesto en la agenda de Gran Hermano” y vale la pena conocer sus argumentos.
“El Gobierno consiguió ayer el dictamen para su proyecto de Presupuesto en la Cámara de Diputados. No obtuvo los apoyos en la oposición que había ido a buscar para mostrarlos como mensaje a los legisladores de La Cámpora con ánimos de fuga, pero sí logró poner una fecha de tratamiento para la ley cuyos fundamentos fueron acomodados a las necesidades del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
El dictamen que se tratará el martes fue firmado en disidencia por el Peronismo Federal, pero no por los bloques de Juntos por el Cambio. Hasta ese día, los negociadores del PRO, La UCR, Evolución y la Coalición Cívica tratarán de imponer cambios a un texto que, según dicen en Juntos por el Cambio, sufrió cambios urgentes en el tratamiento en comisión. XLa Coalición Cívica ya anticipó que se abstendrá en la votación. La jefa del partido, Elisa Carrió, considera que no hay que darle votos positivos al proyecto que puedan leerse como un apoyo a Sergio Massa.
El radicalismo se tomará los días que quedan hasta el martes para negociar cambios y podría votar la ley en general. La idea es eliminar en el tratamiento en particular algunos artículos que considera inaceptables. Uno de ellos es el que blanquea el aumento de las retenciones que hizo el presidente Alberto Fernández por decreto y que llevó al 33% las retenciones a la exportación de soja. Otro es el que habilita una suba de impuestos internos en Tierra del Fuego.
Los radicales también quieren estudiar en profundidad el artículo que grava con el Impuesto a las Ganancias los salarios de los jueces. “Lo pusieron ayer sin avisar en la Comisión. Tenemos que ver qué es, entre otras cosas para ver si no lo pueden declarar inconstitucional. Parece mal escrito a propósito”, le dijo a este diario uno de los diputados de ese bloque.
En el PRO tienen una postura más parecida a la de la Coalición Cívica, y agregan a la lista de objeciones radicales otro artículo que buscarán quitar: la creación de un fondo financiado con el aporte de las prepagas y las Obras Sociales que implicaría una suba de las cuotas de la medicina privada. “Si nos abstenemos, igual van a conseguir la ley y podemos votar en contra de algunos artículos en particular que impliquen subas de impuestos”, adelanta uno de los legisladores de esa bancada.
En términos generales, la oposición no quiere dejar al Gobierno sin Presupuesto, en especial de este proyecto, que, según repiten cerca de Mauricio Macri, tiene el aval de los técnicos del FMI.
Hay algunas otras razones de la oposición para apoyarlo. El proyecto contiene las partidas necesarias para hacer las Elecciones Primarias el año que viene. “Lo único que falta es que quieran volver con la idea de suspender las Paso y nos acusen a nosotros de voltear el Presupuesto y desfinanciar las elecciones”, dijo, en una chicana que contiene dosis iguales de ironía y realismo, uno de los jefes de Juntos por el Cambio.
Presupuesto del Estado, esquema impositivo, elecciones presidenciales, negociaciones entre el oficialismo y la oposición: son algunos de los temas que destellan, de manera intermitente, en la agenda del Gobierno cuando lo permiten preocupaciones más acuciantes como la denuncia contra un hombre conocido como Alfa, que —en una completa reversión orwelliana— ingresó a la intimidad del poder desde la pantalla de Gran Hermano”