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Mamá, ¿qué vas a hacer por la paz en este 8M?

Por El Litoral

Lunes, 07 de marzo de 2022 a las 23:03

Por Dra. en Historia Valeria Pita*
Telám

En estos tiempos convulsionados, un nuevo 8 de marzo es una ansiada oportunidad para salir a las calles y participar de la huelga feminista. También es una ocasión para reflexionar históricamente. Hay mucho para actuar, demandar y revisar en un mundo que ha desnudado el peso del trabajo de las mujeres, la centralidad de las tareas de cuidado y los conflictos entre el capital y la vida. A las violencias que caracterizan este momento signado por la guerra, la crisis climática y la intensificación de la desigualdad social se suma una incertidumbre radical sobre el futuro. En diversos sentidos, este presente interpela a la historia de las mujeres e invita a hacer nuevas preguntas e indagaciones específicas sobre el trabajo, las formas de la protesta y la agencia histórica femenina en otros contextos.
Cuatro décadas atrás, mientras la Argentina salía de la guerra de las Malvinas, dos experiencias pueden ayudar en la reflexión sobre cómo otras mujeres afrontaron colectivamente las incertidumbres y violencias de su tiempo. Una de estas fue una solicitada que un grupo de feministas pudo colar en la prensa unos meses después de la rendición militar ante los británicos. 
Su título era: “Mamá ¿qué vas a hacer en la paz?”. El texto era fruto de discusiones y consensos antimilitaristas que apelaban a la maternidad, transformándola en un asunto de política, y convocaba a la ciudadanía a defender la paz y con ella la búsqueda de una salida democrática. La segunda experiencia fue la de las protestas de las amas de casa vinculadas a la Unión de Mujeres de la Argentina (UMA), quienes desde el verano de 1982 ante la brutal caída de los salarios y la suba del costo de la canasta familiar comenzaron a demandar por un “control democrático de precios” y “la eliminación del IVA sobre los alimentos y medicinas”. Para cuando llegó el invierno, organizadas en comités en distintas localidades y ciudades del país, las amas de casa fueron a la huelga, suspendiendo las compras de alimentos los días jueves. Desde sus cocinas y en defensa del bienestar de sus familias, ellas no solo protestaron contra el aumento de los precios sino que también impugnaron la política fiscal de la dictadura por regresiva e injusta.
Unas feministas y unas amas de casas en los inicios de la década de 1980, con sus experiencias políticas moleculares, ponen en cuestión ciertos lugares comunes en torno a la crisis de la última dictadura, la guerra, la economía y la protesta social.
Hoy, frente a otros conflictos bélicos y a otros desafíos para nuestra sobrevivencia, vale la pena interrogar las luchas y las formas de organización de aquellas. Al hacerlo, se vuelve inevitable preguntar cómo cambiaron las maneras de entender y hacer política, de demandar al Estado, de pensar al poder, a la maternidad, al trabajo. ¿Qué ha sucedido con esas tradiciones feministas antibelicistas y antimilitaristas que nada tenían que ver con las derechas y los sectores conservadores? ¿En qué redes sociales se sostenían las amas de casa para comunicarse y movilizarse? ¿Cuáles son los hilos que unen y a la vez distinguen la lucha por derechos entre aquellas mujeres y quienes en estos días volveremos a la huelga y a la movilización? La historia puede ser un refugio y una fuente de conocimiento para lidiar con un mundo cada vez más feroz y que aún se mueve gracias a nuestros trabajos.

*Historiadora feminista, Conicet-Iiege (Instituto de Investigación de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires).

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