El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, se refirió ayer a la propuesta del titular del palacio de Hacienda, Martín Guzmán, de implementar un mecanismo para “redistribuir la renta inesperada”.
Aunque después de mencionar la cuestión en una entrevista televisiva el titular de Economía no dio más detalles, hay quienes estiman que su idea apuntaría a gravar con un nuevo impuesto al sector agroexportador, debido al fuerte aumento del precio de las commodities a raíz de la invasión rusa y la guerra en Ucrania.
“No tengo conocimiento de la iniciativa. El ministro (por Guzmán) no habló de los productores. Me dijo que estaba pensando, pero que tiene en claro que el productor tiene estos costos, y tiene muy en claro cual es la situación del productor argentino.
El productor argentino no captó el precio internacional de la guerra, sino que vendió a precio preguerra y tiene que afrontar el costo de la nueva cosecha con insumos muy altos, con el aumento de todos los costos”, sostuvo el titular de la cartera agropecuaria en diálogo con Radio La Red.
Las declaraciones de Domínguez van en línea con la opinión que hizo pública esta semana el segundo del ministerio de Agricultura, Matías Lestani, quien dijo que el productor no tuvo una renta inesperada, ya que el porcentaje de aumento de los insumos fue mayor al incremento que registraron los precios internacionales, especialmente en trigo, tras la invasión de Rusia a Ucrania.
Al respecto, el ministro comentó que acercó a Guzmán y al resto del gabinete, “la implicancia que ha tenido en el productor el aumento de los fertilizantes de manera inesperada. Para tener una idea de lo que estamos hablando, Argentina importó o requirió para el año pasado en concepto de fertilizantes 2400 millones de dólares y este año se van a necesitar 1200 millones de dólares más para adquirir la misma cantidad de fertilizantes para la misma cantidad de hectáreas”.
Además, reiteró que son dos los aspectos que se transformaron en la base de su gestión: por un lado el fortalecimiento del diálogo con el sector, para resolver sus problemas y aumentar la producción y la competitividad, y por el otro que los derechos de exportación, las famosas retenciones se mantengan en los mismos niveles hasta el 2023. “Debemos cuidar la tranquilidad de los productores, que es quien hace la transformación en la Argentina y donde sus ciclos que se planifican necesitan tener una visión de largo plazo”, agregó.
Por otro lado, se refirió a la intervención oficial en los mercados de trigo y maíz mediante la implementación de los denominados “volúmenes de equilibrio”, para la exportación de ambos cereales, y que busca garantizar el normal abastecimiento del mercado interno, en un contexto inflacionario cada vez más preocupante.
(JML)