El encarcelado fundador del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, llamó este jueves al movimiento a deponer las armas y a disolverse, en una declaración histórica leída en Estambul.
"Todos los grupos deben deponer las armas, y el PKK debe disolverse", ordenó Öcalan en una declaración redactada en su celda en la isla prisión de Imrali, donde está recluido en régimen de aislamiento desde 1999.
Su mensaje, esperado desde hace semanas, fue leído en kurdo y en turco en una sala abarrotada en un hotel de Estambul, bajo un gran foto tomada la misma mañana que le muestra con el pelo canoso, ante una multitud de periodistas y de "Madres del Sábado", mujeres kurdas que se manifiestan cada semana por sus familiares desaparecidos a manos de las autoridades.
Este llamamiento se produce cuatro meses después de que Ankara ofreciera una rama de olivo al líder histórico del PKK, grupo considerado como terrorista por Turquía y sus aliados occidentales, que ha dirigido durante décadas una insurgencia contra el Estado turco que ha costado decenas de miles de vidas.
Öcalan, de 75 años, dijo "asumir la responsabilidad histórica de este llamamiento".
En Diyarbakir, ciudad de mayoría kurda hubo una concentración donde algunos aplaudieron mientras que otros lloraban.