La historia de Ana Belén Muniozguren se destaca como un testimonio de lucha, perseverancia y dedicación. Con apenas 27 años, la correntina logró destacarse como sub jefa del cuerpo de Bomberos Voluntarios de Corrientes, al mismo tiempo que ejerce como profesora en Ciencias de la Educación y en el sistema penitenciario.
Su historia con el cuartel de bomberos comenzó hace nueve años, cuando con solo 18 años decidió ingresar a la academia de aspirantes a bomberos. En ese camino, conoció a personas maravillosas que dedican incontables horas entre motores, herramientas y pesados trajes ignífugos.
"Mi historia con el cuartel de bomberos comenzó hace 9 años, tenía 18 años cuando comencé la academia de aspirantes a bomberos con muchas ganas de aprender, mucho entusiasmo y sin saber lo mucho que se puede amar esta profesión,", recuerda Ana Belén.
El camino no fue fácil. Ana Belén enfrentó prejuicios y estereotipos que cuestionaban la presencia femenina en una profesión tradicionalmente asociada a hombres.
"A veces sentía que tenía que demostrar más que los demás para ser tomada en serio. También, lidiar con los estereotipos y prejuicios de que este no es un trabajo para mujeres", confiesa.
“Muchas veces me dijeron que hay que estar un poco locos para ser bombero y más siendo mujer, que la mujer está para otra cosa y quiero decir que sí, que la mujer puede todo lo que se proponga”, agregó Muniozguren.
Por eso, anima a todas las mujeres que sueñan con esta profesión a que sigan sus metas sin dudar.
Uno de los momentos más desafiantes en su carrera sucedió durante un incendio en un local comercial: "Había mucho combustible, motores, pinturas, aceites y peligro de derrumbe. Fue uno de los momentos en el que se pone a prueba cómo actuar bien para el éxito de la intervención", relata.
Ana Belén destaca que ser bombera no es tarea sencilla. La carga emocional y física es enorme, ya que frecuentemente se encuentran en situaciones complicadas y dolorosas. Por lo que deben capacitarse y prepararse arduamente para cada situación.
La seguridad es clave en esta profesión y, por ello, subraya la importancia del equipamiento de protección personal (EPP), que incluye casco, ropa ignífuga, guantes, botas y gafas de seguridad. Además, se apoyan en sistemas de comunicación radial para mantenerse en contacto constante.
"La coordinación y el trabajo en equipo son cruciales para garantizar la seguridad de todos", agrega.
Asumir el rol de sub jefa fue un gran desafío, pero también una oportunidad para demostrar que las mujeres pueden liderar en cualquier contexto. Consciente del desgaste que implica este trabajo, Ana Belén destaca la importancia del autocuidado.
"Es fundamental establecer límites, priorizar el tiempo personal, hacer ejercicio, buscar apoyo y cuidar de la salud mental", explica.
En este Día Internacional de la Mujer, la historia de Ana Belén Muniozguren se erige como ejemplo de que el coraje, la determinación y el amor por servir a la comunidad no tienen género. Su valentía inspira a otras mujeres a romper barreras y seguir sus sueños, demostrando que no hay límites para quienes se atreven a desafiar el fuego y los estereotipos.
(VT)
