Cuanto Citroën dejó el país, en 1979, el empresario e ingeniero Eduardo Sal Lari adquirió los activos de la filial argentina y comenzó a producir modelos emparentados con los originales franceses pero con evoluciones nacionales muy valoradas. Eran los autos y utilitarios IES, víctimas de una entente de cúpulas que dejó a su dueño en la calle.