Carlos Llano, bisnieto del hombre que le dio su nombre la plaza, señaló a El Litoral que rechaza categóricamente la posibilidad de que los puesteros sean emplazados al lugar “que fue donado para la finalidad de espacio verde”. Aclaró que no se opone al trabajo de esas personas, solamente que se niega que sean ubicados allí.
“Eso fue una donación de los hijos de José María Llano, para que sea destinado a espacios verdes a mediados del siglo pasado, por lo cual queremos que se cumpla el fin de la donación”, indicó Carlos Llano.
Por este motivo, hoy presentaría una nota al Departamento Ejecutivo Municipal y al Consejo Deliberante exponiendo la situación y solicitando se abstengan a dar otro destino a la plazoleta.
Llano explicó que el petitorio no solo lo realiza como familiar, sino también por su condición de ciudadano: “Reclamo la preservación de todos los lugares de recreación de la capital, teniendo en cuenta uno de los artículos que se encuentran contenidos en los Derechos Humanos. Por ello solicito a los ediles que tomen contacto con la norma y resignen su idea del traslado”, sostuvo.
Para dejar clara la aspiración, fundamentó que no se opone al trabajo de los puesteros, pero que “la Municipalidad debe darle otro lugar”.
Finalmente destacó que junto a la nota que presentará, incorporará también que “se reponga la placa de bronce maciza que identificaba a la plaza y que fue retirada para su remodelación bajo la intendencia de Luis Belascoain, y nunca más la repusieron”.