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Dos acusados de asesinato claman su inocencia y piden ser liberados

Por El Litoral

Sabado, 02 de diciembre de 2006 a las 21:00
Víctor Carlos Franco y María Ione Doria salen en defensa de sus hermanos Mauricio y Marcelo. Hablan de corrupción en algunos sectores de la Policía y la Justicia de Paso de los Libres.
El asesinato del remisero Luis Francisco Alippi, ocurrido el 22 de octubre de 2005, en Paso de los Libres se convirtió en un complicado entramado, en el que no faltan errores de procedimiento y hasta acusaciones de “corrupción” en las filas policiales; inclusive se denuncia el “armado de la causa” para inculpar a dos de los actualmente detenidos por el homicidio.
Jorge Raúl Ledesma (28 años), Mauricio Franco (28) y Marcelo Doria (30) fueron aprehendidos casi inmediatamente después de descubrirse el asesinado de Alippi, quienes permanecen detenidos en la Unidad Regional IV de la ciudad fronteriza.
Los abogados de Franco y Doria (Tomás Chalup y Rómulo Espinoza) apelaron el auto de procesamiento y prisión preventiva, sin que hasta el momento -transcurrido ya varios meses- hayan tenido una resolución favorable.
Franco y Doria fueron inculpados del asesinato por Ledesma, alías “Rambo”, quien lo hizo a través de la prueba de reconocimiento fotográfico que, al decir de los letrados, es totalmente nula porque no se cumplió con los requisitos requeridos expresamente por el art. 276 del Código Procesal Penal.
En virtud de no hallar el eco esperado en la Justicia de Paso de los Libres, Víctor Carlos Franco y María Ione Doria -hermanos de Mauricio Franco y Marcelo Doria, respectivamente- vinieron a Corrientes para plantear el caso a las autoridades del Gobierno, como así también al periodismo.
Así, por ejemplo, tuvieron una breve reunión primeramente con la subsecretaria de Seguridad, Celia Gortari, y después con el subsecretario de Derechos Humanos de la provincia, Pablo Vasel. Ambos funcionarios les solicitaron que les hicieran llegar todas las documentaciones sobre el caso.
En su visita a EL LITORAL, tanto Víctor Carlos Franco como María Ione Doria expresaron su preocupación por la integridad física de sus hermanos, “quienes desde el momento mismo en que fueron detenidos claman su inocencia y piden ser liberados”.
Como dato ilustrativo de su preocupación, señalaron que ya son dos las oportunidades en que atentaron contra la vida de Marcelo Doria, cuyo taller mecánico y desarmadero fue incendiado.
Comentaron asimismo que Jorge Raúl Ledesma es inculpado de ser el autor material del asesinato de Alippi, en tanto que Raúl Medina fue considerado como “autor intelectual” -Pablo Matías Alippi, hijo de la víctima, dijo que él lo mandó a matar-, aunque nunca fue indagado, ya que dicen que no se ha demostrado de ninguna manera que él pudiera tener algo que ver con el homicidio.
Aclararon que Medina era el encargado de una gomería propiedad de un tal Aramayo -socio de Alippi-, quien nunca concurrió a prestar declaración, a pesar de haber sido citado por la Justicia.
Víctor Franco y María Doria sostienen que la acusación de Ledesma en contra de sus hermanos es falsa, a la vez que dijeron estar convencidos de que algunos sectores de la fuerza policial y de la Justicia “armaron” la causa para inculparlos, lo que habla de cierta corrupción (Ver “Corrupción policial”).
Más aún, aseguran que varios testigos que en un principio declararon a favor de los detenidos Franco y Doria, después se desdijeron porque fueron amenazados. “Sólo uno que se mantuvo en sus dicho fue acusado de falso testimonio”, dijeron.
Comentaron igualmente su extrañeza en que no se haya aceptado el deseo de Reinaldo Paré de declarar lo que le dijo Ledesma en oportunidad de estar detenido en la Comisaría de Distrito Primera (Ver “Declaración ante escribano”).
Por otra parte dijeron -está en el escrito de pedido de revocatoria del auto de procesamiento presentado por el Dr. Espinoza- que lo declarado por Ledesma ante la Prevención Policial insumió diez carillas, con palabras perfectamente hilvanadas entre sí, discurriendo las distintas situaciones con “pasmoso” uso del idioma y utilizando un vocabulario propio de una persona de mayor cultara y nivel intelectual.
Esta detallada declaración no pudo ni supo reiterar cuando fue al Juzgado. En una primera oportunidad el acto se tuvo que suspender porque se encontraba mal, y en la segunda sólo contestó “frases cortas” y se remitió a lo dicho en la policía.
“Ledesma no tiene la capacidad mental para hacer semejante acusación”, dijeron, a la vez que exhibieron un escrito elevado al juez de Instrucción y Correccional Dr. Marcelo Manuel Pardo, por la Dra. Clotilde Torres Frías, médica psiquiátrica del Cuerpo Médico Forense.
La Dra. Torres Frías sostiene en el informe que Ledesma “es inseguro y con tendencia al aislamiento y dificultades para expresar desacuerdo con los demás, debido al temor a la pérdida de aprobación y castigo”, agregando que los malos tratos recibidos durante su infancia “provocaron pasividad y tendencia a obedecer sin cuestionar y sumirse a todo como forma de defensa”.
La profesional agrega que “también le preocupan sus familiares, ya que algunos le han comentado ser amenzados. Teme que debido a esta causa dañen a sus hermanos”.

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