Una expedición científico-cultural de la que participan más de 30 historiadores, artistas y científicos de Argentina, Paraguay, España y Holanda, repite la travesía que hace más de cuatro siglos y medio hiciera el navegante Sebastián Caboto.
Este viaje se inició el 7 de marzo zarpando del Puerto de Tigre en el catamarán “Crucero Paraguay” y es-tá programado arribar a Asunción el 29 del corriente. La editora del proyecto es la doctora en Historia e investigadora del Conicet, Graciela Silvestre.
Así, a lo largo de 20 días recorrerán los ríos de la Plata, Paraná y Paraguay en la expedición fluvial científico-cultural “Paraná Ra’Anga”.
El 20 de marzo estarán en el Puerto de Corrientes, donde está previsto una serie de actividades en la ciudad capital de nuestra provincia. Si bien varios serán los días y las noches que los expedicionarios pasarán arriba del barco, descenderán en los puertos de Rosario, Santa Fe, Paraná, La Paz, Goya, Barranqueras, Corrientes, Pi-lar, Formosa y Asunción. Allí realizarán conciertos, clases magistrales, visitas a centros culturales, entre otras, para promover el intercambio de saberes con los habitantes de cada lugar y también detectar problemáticas socioambientales.
De Solís en adelante
Al ver que las costas se internaban, Solís se adentró el 20 de enero de 1516 y penetró en el Río de la Plata, que fue denominado Mar Dulce por la extensión y sabor de las aguas. Solís se aproximó luego a las costas uruguayas con una nave pequeña y desembarcó a la altura del arroyo Las Vacas. Con excepción de un grumete, que fue hecho prisionero, todos los que se bajaron fueron muertos por los indígenas de la zona.
Pero el río Paraná fue advertido por Sebastián Caboto recién una década más tarde, cuando el expedicionario veneciano al servicio de España descubre, el 8 de mayo de 1527, el Río Alto Paraná y se interna en él, y es cuando funda Sancti Spíritu (Espíritu Santo), el que fue atacado y destruido el 7 de enero de 1532 por el cacique Mongoré.
La expedición de Caboto buscaba, equivocadamente, la Sierra de la Plata, que era el objetivo que los movilizaba por este trayecto, suponiendo que el curso del Paraná los llevaría al Alto Perú (hoy Bolivia).
El 26 de febrero de 1528 Sebastián Caboto toca tierras correntinas, constituyéndose en el primer europeo en pisar este suelo.
Luego de pasar hambre y penurias la expedición llega hasta la costa de lo que hoy es Itatí, donde es auxiliado por el cacique Yaguarú (que en guaraní significa Lobo Grande), quien era jefe de un caserío guaraní que po-blaba la zona. A ese puerto lo denominaron entonces “Santa Ana”.
Los expedicionarios hicieron un alto y advirtieron que los indios usaban orejeras y planchas de muy buen oro y plata, que adquirían a pueblos que moraban Asunción arriba. Los exploradores no intentaron en ningún momento apoderarse de estos objetos, pues prefirieron conservar la amistad de los indígenas para que les indicaran donde poder hallar dichos metales.
La expedición se marchó y siguió su aventura en la búsqueda de la Sierra de la Plata, que era el objetivo que los movilizaba por ese trayecto.
Más tarde, en 1536, es la expedición comandada por Juan de Ayolas la que penetra en suelo correntino persiguiendo a indios “mepenes” que habían llevado a cabo actos hostiles contra los españoles.
Según la crónica, días antes la expedición había encontrado gente petisa y gruesa que vivían en el interior del territorio y que comían pescados, productos de la caza y miel, andaban totalmente desnudos y calculaban que llegaban a un número de 2.000 individuos.
El historiador Manuel Florencio Mantilla considera que pudo haberse tratado de los indios guaiquirás, establecidos en la costa del río Guaiquiraró.
Los relatos de la época dicen que los indios “mepenes” eran fuertes, como 10.000 en total, vivían en todas partes de estas tierras, tenían más canoas que cualquier otra nación indígena y que en cada embarcación navegaban 20 personas.
Ayolas siguió su marcha río arriba y el 2 de febrero de 1537 fundó, a orillas del río Paraguay, el fuerte y puerto La Candelaria, donde dejó a su lugarteniente Domingo Martínez de Irala.
Continuando con la búsqueda de una comunicación con el alto Perú, Ayolas continuó con su empresa hasta llegar a la actual Bolivia y cruzar por primera vez la región del Chaco.
Tras semejante periplo regresa al fuerte de la Candelaria que encuentra abandonado. Allí falleció luego de un ataque de los indígenas.
Nuestra Señora de la Asunción
Precisamente Juan de Salazar y Espinosa, que había ido en búsqueda de Ayolas, funda la ciudad de Asunción el 15 de agosto de 1537.
Luego será el padre Rivadeneira el que en 1581 aconsejara al Rey que el mejor lugar para fundar una ciudad entre la Asunción y Buenos Aires era el de las “siete corrientes” y de allí, tras la llegada del último Adelantado del Río de la Plata, Juan de Torres de Vera y Aragón, recibe la determinación de fundar la ciudad que se llamó de Vera, de las 7 Corrientes y finalmente Corrientes.
Estas alternativas descriptas con mucha síntesis, es la que piensan reiterar por los ríos de la Plata, Paraná y Paraguay María Moreno y Daniel García Helder (Argentina), el ci-neasta Mariano Llinás (Argentina), los músicos Jorge Fandermole, Oscar Edelstein (Argentina) y Francisco López (España), el museólogo José Lasheras (España), los artistas Coco Bedoya, Daniel García, Félix Rodríguez, Laura Glus-man, Andrés Loiseau y Mónica Millán (Argentina), el geógrafo Carlos Reboratti (Argentina), las historiadoras de la ciencia Susana García e Irina Podgorny (Argentina), la historiadora del arte Gabriela Siracusano (Argentina), el antropólogo Guillermo Sequera (Paraguay), la bióloga Fátima Mereles (Paraguay), la politóloga Milda Rivarola (Paraguay), el lingüista Bartomeu Meliá (Paraguay), la museóloga Lia Colombino (Paraguay), el fotógrafo Facundo de Zuviría (Argentina), el astrofísico Alejandro Gangui (Argentina), los arquitectos Solano Benítez (Paraguay), Sergio Forster y Claudia Tchira (Argentina), el cocinero Ignacio Fontclara (Paraguay/ España), el historietista Pere Joan (España), los ingenieros Santiago González Alonso y Miguel Aguiló (España) y el sociólogo Joan Subirats (España).
Paraná Ra‘Anga (la figura del Paraná)
De la expedición participan antropólogos, historiadores, sociólogos, escritores, astrofísicos, arquitectos, músicos, artistas visuales, fotógrafos, ecólogos, ingenieros y educadores ambientales de Argentina, Paraguay, España y Holanda.
Paraná Ra‘Anga se propone recorrer la región y retomar la tradición histórica del viaje como instrumento de conocimiento y colaboración entre artes y ciencias para construir nuevas formas de mirar y comprender el Paraná.
Paraná Ra’Anga es un proyecto de la red de centros culturales de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), liderado por el Centro Cultural Parque de España, de Rosario, y del que participan además los Centros Culturales de España en Buenos Aires, Córdoba y Asunción del Paraguay.
Además, cuenta con el apoyo de una amplia red de centros de investigación europeos y sudamericanos que poseen como nodos de articulación la Universidad Autónoma de Barcelona en Europa y la Universidad Nacional de La Plata en Sudamérica.